«Mi hijo me ha dicho que los Reyes Magos son los padres, ¿qué hago?»

Elisa Molina experta en Disciplina Positiva y autora de Educar en Calma, ofrece en el siguiente artículo una serie de reflexiones ante la curiosidad de los niños

ABC Familia

Tengo a mis hijos jugando a las carreras de caballos llevando los mayores a los pequeños a cuestas, riendo, compartiendo momentos y viviendo «con ingenuidad» la infancia mientras me entra en el correo electrónico el mensaje de una mamá que, angustiada, me hace una consulta importante para ella y para muchas familias. 

La duda que plantea es la siguiente: «Mi hijo me ha dicho que los padres son los Reyes Magos y no sé qué decirle ahora». Es la pregunta que muchas familias temen responder por miedo a no saber si están destrozando las ilusiones y la magia de esta época tan bonita del año. 

¿Qué significa la Navidad para ti? Es una de las primeras preguntas que las familias deberíamos respondernos a nosotros mismos. Sin entrar en juicios personales o en críticas por si es la sociedad, las creencias o la religión, independientemente de eso, hay unos valores que tiene la Navidad que hace que, en mayor o menor medida, sea una época diferente al resto del año. 

De ahí que sea fundamental pararnos a pensar en cómo enfocar estas fechas cuando tenemos niños a nuestro alrededor. Más allá de los regalos y las tradiciones, hay algo que nos hace percibir la Navidad de una forma especial y eso es lo más importante porque hay valores muy profundos que querrás transmitirles a tus hijos. 

¿Cómo recuerdas tú la Navidad? ¿Cómo viviste la Navidad siendo niño? Hay muchas personas que han pasado navidades muy especiales y únicas con celebraciones familiares, otros han viajado aprovechando esos días de descanso, han tenido ilusiones, han sentido la magia, han esperado deseosos a la noche más mágica del año. 

Y ahora viene lo importante de verdad, ¿cómo te sentiste tú cuando te dijeron que los Reyes Magos eran lso padres? Muchas personas sienten traición por parte de las personas que deberían protegerlos cuando confirma que, eso que les ha llegado a través de un compañero, de un niño mayor de otra clase, un niño de la clase de fútbol o de pintura, es cierto. Y en ese momento sienten una tristeza muy profunda. 

¿Por qué? Quizá porque tuvieron experiencias relacionadas con amenazas o chantajes porque «los Reyes Magos lo ven todo y si sacas malas notas no te traerán nada», presión porque «si te peleas con tu hermano, te traerán carbón» y «si no me haces caso, se lo digo a los Reyes y por aquí que no pasen»... y, en ese momento en el que se descubre todo, es entendible que se sientan mal, muy mal. 

Hay familias que por deseos, por tradición, por creencia y por celebración, desean mantener esta celebración en la que la sorpresa está presente, la magia y la ilusión —de niños y adultos—, está ahí. Y está bien. No hay nada de malo en ello siempre que no utilicemos la magia de la Navidad para chantajear, amenazar o presionar a nuestros hijos. 

No podemos olvidar que ellos confían plenamente en nosotros. Somos sus personas de referencia y aprenden a través de nuestros ejemplos. 

Si tu hijo te pregunta sobre esto, te invito a que no te adelantes y le devuelvas una pregunta «¿qué piensas tú? ¿Tú qué crees?». A veces nos adelantamos y damos la respuesta pensando que ya lo saben todo y no es así, igual aún no quieren saber… Sigamos un paso por detrás dejando que sean ellos quienes resuelvan sus preguntas. Y si ya lo saben todo, expliquemos nuestra intención, nuestros valores y el puesto que ahora puede asumir cuidando la magia de la Navidad, pensando en los demás, participando de la elección de los regalos, de envolver y colocar en el árbol los regalos elegidos. Tratemos a los niños como nos gusta que nos traten a nosotros cuando nuestras sospechas son ciertas: hagamos que se sientan bien, tratarlos con dignidad y cariño, validando sus emociones.

Hace un año, mi hijo de 8 años me preguntó «¿cómo es posible que los Reyes lleven regalos por todo el mundo en solo una noche?» Yo le respondí: «La verdad es que no me lo había planteado, ¿cómo crees que lo harán?» . Al rato me dijo: «Ya lo sé, mamá. Es por el cambio de hora. Realmente ellos tienen más horas porque viajan persiguiendo la noche». Veremos si hay preguntas este año también.

Decir que los regalos los ponen los padres, que los ponen los Reyes o que son Pajes Reales que ayudan a celebrar este momento que simboliza dar, ofrecer, atender a los más pequeños siempre será positivo si tratamos a los niños con dignidad y amor. La intención es muy poderosa. No traicionemos el verdadero espíritu de la Navidad. Acompañemos y cuidemos infancia siempre. 

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