Diálogos de Familia
«Muchos hombres acaban de descubrir que tienen hijos y que las casas no se hacen solas»
José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), reconoce que la conciliación es un derecho fundamental difícil, «pero no imposible»
José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) , reconoce que la conciliación es un derecho fundamental difícil, «pero no imposible». Precisa que se trata de equilibrar los tiempos y lograr un reparto equitativo del mismo para atender el trabajo, la familia y a nosotros mismos.
¿Hemos aprendido algo en este sentido durante el confinamiento?
Hemos tenido una corresponsabilidad forzada en la que muchos varones han descubierto que tienen hijos, que hay que atenderles y que las casas no se hacen solas. Nos hemos dado cuenta de lo importante que es la tarea del otro, igual que la nuestra, y ha sido necesaria una reorganización equitativa para que no salga nadie perjudicado.
¿Se sigue identificando teletrabajo con conciliación?
El confinamiento nos ha traído el sálvese quien pueda y no ha sido teletrabajo lo que se ha hecho. Los empleados no estaban preparados tecnológicamente en sus casas, además estaban los niños... El teletrabajo debe ser una forma de organizar la prestación laboral tanto por parte de la empresa como de los trabajadores. No es estar en casa mientras trabajo, sino prestar nuestra actividad profesional en un ámbito diferente al de la oficina con la misma eficacia y dedicación como en la empresa. Hay que avanzar en modelos beneficiosos para las dos partes y que se instauren de forma parcial, no total, y nunca obligando a los empleados.
¿Son las empresas ahora más favorables y flexibles al permitir conciliar a sus empleados?
Les ha costado, pero las circunstancias les ha obligado. Al mirar la cuenta de resultados se han dado cuenta de que han ganado dinero y que el empleado puede ser más eficiente, estar más satisfecho y ser más fiel y, encima, se ahorran costes. Pero, insisto, no debemos perder el equilibrio entre el trabajo presencial y a distancia.
Sí pero las vacaciones escolares ya están aquí. ¿Qué hacemos con los niños?
Los abuelos están ahí, aunque su función no es cuidarlos, sino disfrutarlos. La vacaciones escolares implican una reorganización de la empresa y de la familia sin renunciar a pasar tiempo juntos. Que el padre coja vacaciones en unas fechas y la madre en otras para alternarse en el cuidado de los hijos, al final acaba disgregando a las familias. Los poderes públicos deben fomentar actividades para los niños y de manera gratuita. Ayúdennos porque facilitar la conciliación forma parte de su responsabilidad como poderes públicos. Lo dice el artículo 9.2 de la Constitución.
Conciliar no es solo cuidar de los hijos; también de los abuelos, disfrutar de aficiones, del ocio...
No siempre se dan cuenta de que hay que cuidar de mayores y, en ocasiones, en situación de dependencia. Como hijos estamos en la obligación ética de estar con ellos. Las empresas deben hacer una reflexión importante para generar esos espacios de tiempo y bolsas de horas, no solo para atender las tutorías o médicos de los niños, sino el tiempo que exigen los mayores y a su soledad. Nuestros hijos observan lo que hacemos y nos darán lo que hemos sido capaces de ofrecer a nuestros mayores.
¿Cómo valoran los jóvenes la posibilidad de conciliar al buscar un empleo?
Los jóvenes tienen otra forma diferente de afrontar el trabajo. Su prioridad es el salario, pero también la libertad de tiempo y espacio. No tienen miedo a que se les fijen objetivos y un espacio diferente para cumplirlos. Las empresas se han dado cuenta de que la conciliación es importante para atraer el talento. Salario digno y tiempo digno.
¿Se va a dar carpetazo al presentismo?
Yo creo que vamos a avanzar, pero se ha creado otra forma de telepresentismo. Sin generalizar, hay quienes dicen que con el teletrabajo están siempre conectados: «trabajo más que antes». Eso es que no sabían gestionar el tiempo en presencia física y tampoco ahora a distancia. Hay un déficit de no saber gestionar el tiempo.
¿Qué mensaje mandarías a los políticos?
Hablo mucho con ellos y están de acuerdo en que es una necesidad, a nivel particular e, incluso, en público. Lo que reclamamos a los políticos es un pacto nacional o de Estado para la conciliación y los usos racionales del tiempo en nuestro país, en el que estén implicados la sociedad civil, los agentes sociales y se aborde de forma seria una cuestión que es difícil, pero no imposible. Es un derecho que no es aplicable de forma uniforme a todas las personas, lo cual no es injusto, la igualdad no es tratar a todas las personas por igual, sino tratar de forma desigual su desigualdad. No se puede igualar la conciliación de un autónomo y la de un empleado. Se deben abordar problemas y soluciones porque a los que no se pueda aplicar se van a ver beneficiados por la conciliación de los demás.
Noticias relacionadas