¿Cómo preparar al bebé una habitación al estilo Montessori?
Cada vez son más las familias que se plantean a fondo cómo quieren preparar todo ante la llegada del recién nacido
¿Qué está pasando con aquellas habitaciones diseñadas por y para adultos, de decoración de revista y con mobiliario caro y poco práctico desde el punto de vista de las necesidades del niño ?
Cada vez son más familias las que se plantean a fondo cómo quieren preparar todo incluso antes de la llegada del bebé, y la verdad es que merece la pena pararse un momento a reflexionar sobre el estilo de crianza que queremos llevar antes de empezar a gastar dinero en cosas de las que la única necesidad que tenemos es la que nos han creado.
Haya o no «cheque bebé» facilitado por las administraciones, dejando aparte el debate sobre si existe algún apoyo a las familias y al fomento de la natalidad, la mayoría de las parejas, especialmente las primerizas, pasan una fase de estrés durante el embarazo en la que parece que tienen que transformar la casa en una de revista: comprar una cuna, una cómoda, una mini cuna, un moisés, una hamaca, una trona, un parque o gimnasio... Pero, ¿de verdad el bebé necesita todo esto?
Lo que termina ocurriendo en más de un hogar es que la clásica cuna termina haciendo de guardarropa porque cuando nace ese pequeño ser que es lo que más queremos en el mundo terminamos haciendo colecho y la cuna se intenta utilizar alguna noche hasta que finalmente se decide apostar por la solución más práctica , especialmente cuando se practica lactancia materna o cuando los despertares son continuos, algo común durante al menos el primer año de vida.
Hablamos de todo esto con Miriam Escacena, guía Montessori especializada en primera infancia, y autora del libro «Montessoriza tu vida» :
¿Qué necesita un recién nacido?
Un bebé lo único que necesita es cariño y afecto de sus progenitores, pero, sobre todo, contacto con su madre, especialmente durante el periodo de exterogestación, en el que la simbiosis es muy fuerte y necesaria. Nils Bergman, famoso neonatólogo precursor de los cuidados madre canguro, explica que el ser humano tiene 1.000 días únicos e irrecuperables para formar su estructura cerebral, crear sus neuronas y sus sinapsis (hasta un millón por minuto durante el primer año de vida), periodo que comprende el embarazo y los primeros dos años.
¿Y si sustituimos todas estas «necesidades» por un buen portabebés, o incluso un sillón o cojín de lactancia?
Dentro del hogar, afortunadamente, son muy pocas las cosas que realmente se necesitan . Si existe una verdadera posibilidad de terminar haciendo colecho, podemos postponer la compra de la cuna hasta estar seguros de que la necesitamos, o incluso pensar en una camita a ras del suelo. María Montessori asemejaba las clásicas cunas de barrotes a las cárceles, ya que limitan completamente la autonomía del niño e incluso pueden darnos más de un susto cuando aprenden a trepar, intentar escapar y terminan cayendo. Que levante la mano quien no le haya pasado alguna vez algo parecido o conozca un caso cercano.
Por otro lado, recordemos que hamacas, andadores, parques y tronas son elementos que han sido diseñados para la comodidad de los adultos, para poder asegurarnos de que no se mueven mucho o no corren peligro mientras «tenemos que hacer otras cosas».
En este sentido, los famosos «taka-taka» o andadores deberían quedar desterrados de una vez por todas, ya lo llevan tiempo advirtiendo los fisioterapeutas, porque además de impedir el movimiento en libertad y desarrollo del gateo «fuerzan al bebé a colocarse en postura bipedestante cuando todavía no tiene suficiente tono muscular en las piernas y no está preparado para hacerlo, con todas las consecuencias que ello comporta», asegura el doctor Jorge Ferré.
¿Cómo debe ser un ambiente preparado? La mente absorbente del niño aprende del ambiente que le rodea, por tanto, si dejamos de lado todas estas ideas y nos concentramos en el bebé, podemos preparar la habitación de una forma minimalista , con las cosas que realmente nos van a hacer el día a día más fácil y teniendo en cuenta que el ambiente irá evolucionando en función de sus necesidades.
Ideas para comenzar
1. Un tapete en el suelo en el que permita movimiento libre y en el que el bebé pueda ejercitar su cuerpo e ir superando hitos evolutivos como el agarre de objetos, volteo, arrastre, gateo, sedestación…
2. Un espejo de seguridad a su altura, a través del cual pueda reconocerse y crear su propia autoimagen.
3. Una barra horizontal regulable para que pueda empezar a agarrarse e incorporarse cuando esté preparado.
4. Mobiliario a su altura de fácil acceso, (si puede ser evitando puertas cerradas mucho mejor).
5. Juguetes educativos cuidadosamente seleccionados y fabricados con materiales naturales, (muy pocos, evitando sobre-estimular, se pueden incluso ir alternando).
Los primeros años de vida son claves en la construcción del ser humano, y necesitamos desarrollarnos en un espacio seguro, con cariño y al cual podamos sentir que pertenecemos. Así pues, si seguimos estos principios enfocaremos nuestra mirada a buscar la seguridad, autonomía, libertad, pertenencia, belleza y practicidad.
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