Día de la Madre
Cómo deben afrontrar los niños el 1 de mayo si tienen «dos madres»
Muchos pequeños se encuentrna en la tesitura de si, además de a su madre biológica, deben hacer un regalo a la nueva mujer de papá
Millones de alumnos se han esmerado con gran ilusión para finalizar a tiempo ese regalo que han elaborado en clase para sus madres bajo la batuta de sus maestras. «Seño, ¿también tengo que hacerle otro para mi “otra madre”, la nueva mujer de papá?»
Los niños que han visto cómo sus familias se han roto y en las que, en este caso, su padre, se ha vuelto a casar, manifiestan muchas dudas sobre su nueva situación familiar. Según la psicóloga Silvia Álava , directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes , los padres son los encargados de despejar dudas al niño sobre cuál es la nueva situación y dejarle muy claro que la actual compañera de su padre, no es su madre , y «no tiene que hacerle un regalo en esta fecha señalada».
No forzar nunca al niño
En ningún momento se debe forzar al niño a tratar a la nueva mujer como si fuera su madre. «Resulta muy contraproducente obligarle incluso a que le dé un beso –advierte esta psicóloga–, puesto que para los niños un beso no es un gesto social, es una muestra de afecto y ellos, sobre todo al principio, verán a la nueva mujer como a un enemigo y causante de que sus padres no estén juntos. Eso no quita que se les deba exigir un mínimo de educación al saludarla, despedirse».
Pero, que no sea su madre, no significa que no la quieran o que no vayan poco a poco, y a su ritmo, cogiendo confianza con ella. «Sobre todo en los casos en que los padres se interesan por el bien del menor o en que la ruptura no haya resultado muy conflictiva –asegura Silvia Álava–, la nueva relación con la pareja del padre se irá fortaleciendo porque en definitiva, la figura de un adulto siempre da seguridad a su vida».
Esta experta explica que el esfuerzo para una buena convivencia debe «venir de las dos partes» y la nueva mujer debe ganarse al niño con afecto, escuchándole, tratándoles bien, dedicándole tiempo, «pero nunca comprándole caprichos» porque esta fórmula tan manida puede funcionar al principio, pero el verdadero cariño no se compra.
