¡Atención, peligro! El ruido de los juguetes puede causar lesiones irreversibles
Según los expertos, la pérdida de audición por ruido se acumula gradualmente a lo largo de los años
Se acercan las fiestas más ruidosas del año. Ruido y Navidad suelen ir de la mano. Los más pequeños no piensan en su salud auditiva cuando elaboran sus peticiones a Papá Noel o a los Reyes Magos. Es más, consideran que cuanto más ruido hagan los juguetes, mejor. Entre los potenciales peligros figuran coches con sirena, armas sonoras o instrumentos musicales.
Muchos de estos juguetes pueden causar lesiones en la audición de los niños si se superan los 80 decibelios (dB). Carmen Abascal , directora de AG Bell International, recuerda que «la responsabilidad de la adquisición y el uso correcto de los regalos corresponde a los padres. Los niños obviamente desconocen lo que les puede perjudicar».
Explica que la asociación estadounidense Sight and Hearing elabora todos los años su famosa lista de juguetes más ruidosos. Fisher-Price Laught & Learn Smart Learning Home, Sort & Build Farm y Paw Patrol Ultimate Fire Truck Playset encabezan la relación. Todos ellos superan los cien decibelios cuando se colocan junto al oído. No están a la venta todavía en España, pero pueden ser comprados a través del mercado online. De la clasificación, los que sí pueden adquirirse en nuestro país son: Mis primeras 100 palabras, Ríe y aprende, Hogar de aprendizaje inteligente, Mis primeras teclas y Dino BabySaurio, todos ellos por encima de los 94 decibelios si se colocan junto al oído.
«La pérdida de audición por ruido se acumula gradualmente a lo largo de los años. Los efectos no son inmediatos, pero sí irreversibles», explica Carmen Abascal. Recomienda que lo primero que hay que hacer es comprobar que el juguete cumpla las normas de Conformidad de la Unión Europea (CE) y el sonido que emite el juguete antes de comprarlo.
«Se puede medir el nivel con aplicaciones móviles como los sonómetros. A la hora de elegir, mejor que tenga controles de volumen o interruptores de encendido y apagado. Posteriormente, ya en casa, se debe evitar que los niños se acerquen los juguetes a los oídos. Otra manera de testar la amenaza es que si el sonido es muy fuerte para el adulto evidentemente también lo será para el niño. Cuando no se puede limitar o controlar el volumen, existe un truco para reducir el nivel de sonido que consiste en colocar una cinta de esparadrapo sobre el altavoz», concluye.
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