¿Apunto a mi hijo a un campamento o solicito una excedencia? Las opciones para conciliar en verano
Los menores tienen algo más de 70 días seguidos sin colegio. Los progenitores, a excepción de unos pocos con profesiones muy concretas, tienen como mucho 30 días. Analizamos cuáles son las opciones que padres y madres pueden negociar con la empresa para poder conciliar. Si no es posible, hay alternativas, sí. Pero hay que pagarlas
Verano es sinónimo de descanso, playa, piscina... y también de estrés para las familias. Las vacaciones escolares son una alegría para pequeños y adolescentes pero, a la vez, un quebradero de cabeza para padres y madres. Según el último informe de Lingokids, 6 de cada 10 progenitores acogen con estrés esta época del año.
Y no es de extrañar. Los menores tienen algo más de 70 días seguidos sin colegio. Los progenitores, a excepción de unos pocos con profesiones muy concretas, tienen como mucho 30 días. Y no de corrido en la mayoría de casos. Por eso, algunas familias tiran de abuelos , el 'salvavidas' para el 60% de los progenitores , según una encuesta realizada por la Fundación Alares.
Esta última opción es también la más económica. No hay que olvidar que las familias son hoy más pobres que nunca , especialmente los hogares con hijos. Con una inflación histórica, una cesta de la compra carísima, el alto precio de la gasolina y sin posibilidades de ahorro, cada hogar se las ingenia como puede.
Dialogar con los jefes
«La primera y mejor opción es siempre sentarse a hablar con la empresa», aconseja Lourdes Pedrazuela , secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación del sindicato USO, en el momento en el que un padre o madre trabajadora tenga que recurrir a alguna de las medidas de conciliación estipuladas con motivo de las vacaciones escolares. Entre estas se encuentran la adaptación de la duración y distribución de la jornad a , sin perder salario; una reducción de jornada , que implica una merma proporcional en la nómina; la excedencia por cuidado de hijos , lo que supone no cobrar; o el teletrabajo , que no es posible en todos los sectores y que «para que no repercuta en costes para la empresa», recuerda la experta, no ha de superar el 30% de la jornada laboral, tal y como estipula la ley.
Padres y madres con hijos de hasta 12 años pueden optar por reducirse la jornada o adaptársela durante los meses de verano . En el primer caso, y a no ser que el convenio colectivo indique algo específico, el afectado podrá reducirse entre 1/8 de la jornada como mínimo y la mitad como máximo y, en septiembre, volver al horario completo si así lo necesita.
El segundo caso «depende del convenio colectivo de cada empresa, con lo cuál cada afectado queda a expensas de lo que quiera la compañía, que tiene que sentarse a negociar pero no tiene obligación de modificar la jornada», apunta la responsable de USO. Además, si la empresa deniega dicha adaptación, «siempre por escrito y argumentando los motivos», al progenitor solo le queda una opción: denunciar . «Muy pocos están dispuestos a hacerlo porque tienen una familia que mantener y siempre hay miedo», reconoce la experta. «Pero tampoco se denuncia porque para cuando se resuelva ya es tarde», añade.
La excedencia es otra opción, siempre que el menor tenga hasta 3 años. «No cobras nada», recuerda Pedrazuela. «La única ventaja es que te reservan el puesto», explica. Según datos del Ministerio de Igualdad , de las 43.226 solicitudes de excedencia en 2020 para poder conciliar, el 90% fueron pedidas por mujeres .
Este es precisamente el caso de Lucía, madre de tres hijos de 8, 5 y 1 años . « Siempre me cojo las vacaciones junto a una excedencia para poder estar con mis hijos », cuenta a ABC. Reconoce ser una afortunada y más teniendo en cuenta que este año ha podido juntar el máximo posible: «Voy a estar todo julio y agosto con ellos. Otros años no había logrado los dos meses completos por cuestiones de trabajo, pero esta vez sí».
Lucía opta por esta opción «para que la persona que me echa una mano en casa pueda cogerse sus vacaciones, que también tiene derecho. Pero además lo hago para poder conciliar y estar con mis hijos porque mi marido trabaja también. Yo de pequeña siempre estuve con mi madre y no quiero que mis pequeños se pasen gran parte del verano en campamentos, con el consiguiente gasto que me supondría», explica.
Campamentos de verano
Si estas medidas no resultan eficaces para las familias, toca pagar para poder conciliar . Los campamentos de verano urbanos son la opción más popular. Pueden contratarse por días, semanas o mes completo y los hay tanto públicos como privados. El principal escollo de esta opción son los precios: una semana ronda los 100 euros, cifra a la que habría que sumarle el coste del horario ampliado.
Esta ha sido la única salida de Verónica, madre de 3 pequeños, para poder conciliar . «Necesitaba cubrir tres semanas de julio», cuenta a ABC. «Con los dos pequeños no tengo problema porque pueden estar en la escuela infantil todo julio, sin embargo, con la mayor, de 5 años, no tenía otra opción que mandarla a un campamento. A priori, el de su colegio era el más cómodo por cercanía, pero salía muy caro, casi 600 euros todo el mes , con un horario de 9 a 16. Por suerte, pude acceder a una plaza en la primera quincena de julio de los centros abiertos en inglés del Ayuntamiento de Madrid. Por el mismo servicio he pagado 70 euros (con el descuento de familia numerosa). La tercera semana de julio la he apuntado a otro campamento gratuito al que he accedido por ser cliente con mucha antigüedad de una aseguradora. En definitiva, un auténtico encaje de bolillos para poder conciliar. Miedo me da cuando tenga que buscar campamento para los tres«, afirma.
Soluciones a medida
Otra opción que tienen las familias es la contratación de un cuidador. Según Ernesto Bravo , CEO de Familiados , compañía que pone en contacto a cuidadores con familias que necesitan ayuda, la llegada del verano y el fin de las clases se ha apreciado claramente: «Nosotros ya notamos en mayo un incremento de búsquedas de un 50% respecto a abril y ahora en junio ha crecido otro 20%», asegura a este diario.
Según el Informe de Familiados 2021 , la principal ayuda que necesitan padres y madres es puntual, por horas, para para cubrir necesidades muy concretas. «Ahora mismo, se buscan cuidadores que ayuden a las familias con los niños en horas concretas que se les queda sin cubrir, por ejemplo, por las mañanas, para que les levanten, les den el desayuno y les lleven al campamento de verano», cuenta Bravo.
Y es que no queda otra. «El tejido de cuidados en los países occidentales ha cambiado mucho», recuerda el CEO de Familiados. «Ahora existe la generación sándwich , es decir los adultos que se encuentran con la doble tesitura en la que tienen que cuidar a la vez de sus padres y de sus hijos. Y no pueden». A ello hay que sumar la incorporación de la mujer al mundo laboral. «Por tanto -señala Bravo- se trata de dinero o tiempo: si no tienes el segundo, lo tienes que pagar . Y entre todos debemos contribuir a ser una sociedad que apoye los cuidados».
En opinión de Bravo, la labor del Gobierno y del sistema público «no es dar servicio, sino apoyar el sistema de cuidados» porque el objetivo es que cada familia encuentre una solución a su medida. «Nuestro sistema es muy flexible, ya no solo para los progenitores, sino también para los cuidadores. Se trata de dar una solución a medida. Y me temo que no hay otra salida», concluye.
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