«Los adolescentes necesitan que sus padres les quieran y les respeten cuando ellos mismos ni siquiera pueden aún hacerlo»
Maggie Dent, educadora especializada en adolescencia, recuerda que los jóvenes «son más vulnerables que nunca» en esta etapa de la vida a pesar de que las relaciones entre los progenitores y los hijos exploten
La adolescencia es una etapa más en la vida de los hijos. Y en numerosas ocasiones se torna tan complicada que muchos padres y madres no saben cómo afrontarla. Sin embargo, la educadora australiana especializada en adolescencia, Maggie Dent , recuerda que los adolescentes «son más vulnerables que nunca» a pesar de que dicha etapa se convierta en «la tormenta perfecta» para que «las relaciones entre los adolescentes y sus padres» exploten .
En un artículo publicado en « The Guardian »,bajo el título «Siete consejos para la crianza de adolescentes: 'regañarlos es como gritar al vacío'», la experta ofrece una serie de claves para que los progenitores puedan afrontar esta etapa con el mayor éxito posible. Y es que detrás de toda su apariencia, « hay un gran corazón que anhela ser comprendido y valorado ».
No hay que olvidar que en esta etapa se suceden numerosos cambios biológicos, cerebrales, hormonales, físicos, psicológicos y emocionales . Todo ello provoca que los jóvenes lleguen a desafiar a sus progenitores -recuerda la experta- pero también ellos mismos luchan contra si ante los «niveles de estrés» que experimentan. De ahí que nazca la ira.
«Cuando era maestra y consejera de secundaria, presencié arrebatos irracionales cuando un adolescente arrojaba un escritorio, pateaba una mochila al otro lado del salón o empujaba a otro estudiante de manera agresiva. Si bien estos son comportamientos completamente inaceptables, debajo de ellos a menudo había sentimientos de profunda confusión, miedo al fracaso, vergüenza y lo peor de todo, intensa vulnerabilidad», cuenta Dent.
En ello tiene mucho que ver en cómo se educa a los hijos desde pequeños. « Las investigaciones muestran que los padres tratan a los niños y niñas de manera diferente desde la infancia », recuerda la educadora, «y tratan a los niños de manera más brusca». El castigo físico, por ejemplo, se aplica más en niños, a los que también «se les habla con más dureza y, a menudo, se les dice que no lloren cuando están heridos o angustiados».
Todo ello, advierte la experta, pasa factura en el futuro, sin olvidar que «los adolescentes varones experimentan aumentos repentinos de testosterona», lo que les lleva a descargar, bien y mal, los altos niveles de energía que almacenan.
A ello se le suma también la presión del género masculino a no parecer nunca un «perdedor» frente a los amigos u otras personas de su misma edad. «Cuando la testosterona se combina con el deseo de probarse uno mismo en un cuerpo impulsado por un cerebro inmaduro, el resultado a menudo implica malas decisiones y comportamientos que conllevan riesgos». Por ello, los adolescentes «se resisten a que le digan qué hacer o qué no hacer».
Una vez entendido cómo funciona un adolescente, Maggie Dent ofrece siete claves para actuar ante un adolescente:
1. No le avergüences . «Esta es una fase y pasa», afirma la experta tras comprobar, no sólo como experta sino también como madre, que no había malicia en las decisiones poco acertadas que tomaban o en los comportamiento que tenían.
2. Dile que no es estúpido : solo se está desarrollando.«Debemos hablar con nuestros adolescentes sobre los cambios hormonales, cerebrales y físicos que afectarán su comportamiento y a cómo experimentan la vida. Puede ser útil para ellos y para nosotros recordarles que las cosas se volverán más fáciles una vez que tengan 20 años», dice Dent.
3. No olvide los apodos amorosos . La experta aconseja usar términos cariñosos con el adolescente, o apodos con los que tradicionalmente se les ha llamado en casa, para recordarle que le quieres.
4. Regañarle es como gritar al vacío . «A lo largo de los años, aprendí con mis hijos que dar lecciones y regañar a un adolescente es como gritar al vacío», recuerda. Conseguir una comunicación efectiva con los hijos parte de una simple base: una buena relación, asegura Dent, junto a una «buena sincronización, tono de voz y evitar el contacto visual directo».
5. Haz de tu casa un lugar seguro para los amigos . «Mi hogar y mi corazón siempre estuvieron abiertos a sus compañeros. Había límites firmes, pero mis hijos y sus amigos sabían que nuestro hogar era un lugar seguro. Nuestros adolescentes todavía necesitan estar rodeados de buenas personas y familias que se preocupen por ellos y actúen como 'faros' que los guíen».
6. Cuéntales historias de buenos hombres . La australiana aconseja contar a los hijos «historias de hombres buenos, de hombres que cometieron errores y fallaron públicamente, pero que se recuperaron asumiendo la responsabilidad y siendo responsables de sus propias acciones».
7. Ámale tal y como es, no por lo que crees que debería ser . «Todos los adolescentes anhelan ser vistos, escuchados y amados. Son mucho más vulnerables de lo que nos han hecho creer. Necesitamos amar y respetar a nuestros hijos, especialmente cuando ellos no pueden amarse o respetarse a sí mismos aún».
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