Día Mundial de los Cuidados Paliativos
«Comen a deshora, casi no duermen, despreocupan su aseo... Y nadie pregunta a los cuidadores cómo se sienten»
El psicólogo Borja Múgica explica que los cuidadores se entregan en cuerpo y alma a atender a sus familiares, «pero estar así mucho tiempo no es posible»
Borja Múgica es psicólogo de Obra Social La Caixa en la Fundación Vianorte-Laguna . Está muy acostumbrado a tratar con familias que ofrecen cuidados paliativos a sus seres queridos «y es impresionante ver cómo se entregan en cuerpo y alma a estas atenciones hasta el punto de que estos cuidadores se olvidan de ellos mismos».
Apunta, sin embargo, que estas personas tan entregadas descuidan aspectos muy básicos : comen poco, mal y a deshoras, despreocupan su aseo personal, no duermen las horas necesarias para reparar el cansancio, no tienen momentos de desconexión mental... «Vivir así mucho tiempo es imposible. Si no se cuidan ellos mismos , las atenciones que dan no serán las mismas que si lo hacen en buenas condiciones físicas y mentales».
Matiza que uno de los aspectos que más cuesta a los cuidadores es manejar sus emociones y desconectar de su familiar enfermo, aunque sea por unas horas, para salir a pasear, ir al cine, leer, tomar un café con amigos... «En ellos surge un sentimiento de culpabilidad enorme por alejarse un rato de la persona que atienden y pensar que lo hacen para buscar momentos para sentirse mejor», apunta este experto.
En estos casos, Borja Múgica recomienda a los cuidadores que piensen que «es necesario que lo hagan para fomentar su propio autocuidado y estar en mejores condiciones para atender a su ser querido. «Buscar un descanso, momentos de desconexión, no es un acto egoísta. Si ellos no están bien, no podrán cuidar bien».
También es imprescindible que encuentren momentos para verbalizar lo que sienten y piensan . «En muchas ocasiones se hacen los fuertes y siempre dicen que están bien, pero hemos observado que, cuando vamos a visitarles, hay veces que el enfermo nos confiesa "yo estoy bien, pero me preocupa mi mujer que no se separa de mí por cuidarme". Los profesionales de la fundación en nuestro área siempre aprovechamos un momento a solas para preguntar al cuidador cómo está . Es increíble cómo hay veces que se sorprenden y nos responden. "Nunca nadie me ha preguntado cómo me siento". Eso no puede ser. Hacen una labor con una gran sobrecarga física y emocional», confiesa Borja Múgica.
Tristeza, ansiedad, cansancio, inseguridad, nervios, incertidumbre, miedo, rabia por no poder mejorar la situación... Son tan solo algunos de los sentimientos que experimentan los cuidadores de familiares enfermos. «Hay carencias en la atención a los cuidadores familiares. Debe haber más concienciación de la labor que hacen y de sus demandas. Es necesario también que en nuestra sociedad se hable mucho más de la existencia de los cuidados paliativos, del sufrimiento, de la muerte... El problema es que vivimos en una sociedad en la que se niega la enfermedad, el sufrimiento y malestar. Parece que siempre tenemos que estar felices porque sino no encajamos. La sociedad no quiere escuchar la tristeza, pero a todos nos toca. Hay que reeducar este aspecto porque forma parte de la vida. No se puede negar la evidencia. Por desgracia, si todo va bien, todos tendremos que cuidar a nuestros mayores y a todos nos tendrán que cuidar», cocnluye.
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