Los padres se rebelan y exigen rebajar la carga lectiva

Algunas federaciones han expresado formalmente sus quejas a instancias superiores como las Consejerías de Educación

Nieves Mira

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«Son las 22 horas y todavía están haciendo deberes; a las 20 aún seguía sonando el teléfono con más tareas». «Mi hija nunca tiene menos de 4 horas de tareas o deberes cada día y los fines de semana. Y eso que siempre está adelantando. He pensado seriamente denunciar el caso como maltrato». Estas son algunas quejas que varios padres han hecho trasladado a asociaciones de padres y madres, intermediarias entre los centros educativos y las familias. Algunas, en las que los progenitores tienen que desplazarse para trabajar o hacerlo desde casa, se ven desbordadas por lo que consideran, muchas veces, una carga de trabajo excesiva para los más pequeños.

«Los primeros días tras la suspensión de clases notamos que no se estaba teniendo en cuenta que las familias continuábamos trabajando y estaban un poco desbordadas», cuenta a ABC Miguel Ángel Sanz , presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública de Aragón ( FAPAR ). Ellos han solicitado formalmente a la Consejería de Educación de su comunidad que se reduzca, en la medida de lo posible, la carga lectiva a los alumnos para poder conciliar en estos días de pandemia. «En Infantil y Primaria los niños son menos autónomos, necesitan y requieren la figura del profesor, y los padres tenemos que asumirla. En Secundaria ya son más autónomos, pero notamos que había una descoordinación entre asignaturas y departamentos a la hora de mandar tareas, así que les pedimos que fueran conscientes de la situación porque se están produciendo situaciones de estrés dentro de las casas», informa Sanz.

Además, se da la circunstancia de que en algunas familias tan solo hay un ordenador, por lo que hay que repartirlo entre los padres que trabajan y sus hijos, que tienen deberes todos los días. «Nos preocupa especialmente la brecha digital, porque hay muchas familias que no pueden acceder a este tipo de medios que otras sí, lo que provocará desigualdades; no se puede supeditar toda la carga lectiva a este tipo de medios», añade el presidente.

El periodo de adaptación

De momento, en Aragón ya han conseguido que desde la Consejería de Educación se haya remitido a los centros esta «llamada a la calma», para que se eviten las situaciones de agobio o estré s que se añaden, además, al confinamiento en el que se encuentra nuestro país. «Entendemos que todo no puede continuar igual, porque estamos en una situación excepcional, que requiere medidas excepcionales. Esto es nuevo para todos, tanto para los docentes como para las familias, y por eso tendremos que adaptarnos en todos los ámbitos», cuenta Sanz.

Tras el cierre de los colegios en las primeras comunidades autónomas, desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado ( CEAPA ) se instó o a las administraciones públicas «a tomar medidas para evitar que la pérdida de clases a consecuencia del coronavirus redunde en una mayor carga lectiva para el alumnado posteriormente». Veinte días más tarde, la decisión de trasladar las clases a cada hogar aún no ha conseguido encontrar el equilibrio en el que los alumnos puedan seguir aprendiendo y los padres, enseñándoles pero también trabajando.

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