Mascarillas, mamparas... Cómo mejorar la comunicación entre profesores, alumnos y familias en pandemia
Julio García Gómez, experto en habilidades de comunicación, nos da las pautas para que el uso de la mascarilla y las distancias de seguridad no limiten el entendimiento entre alumnos y profesores
El experto en habilidades sociales de comunicación verbal en pandemia, Julio García Gómez, hace hincapié en la importancia de una comunicación viva, directa y concreta en el ámbito escolar entre alumnos, profesores y padres. «El uso de la mascarilla y las distancias de seguridad no deben limitar la transmisión oral de conocimiento», apunta.
Pero para ello, como elementos claves para esa transmisión de conceptos, explica García Gómez, «están el buen uso de la palabra, la imagen y el lenguaje no verbal. En el primer aspecto, es necesario, con el uso de la mascarilla, vocalizar muy bien, llevar un buen ritmo del diálogo para que el interlocutor capte todos nuestros mensajes. Ese lenguaje oral debe apoyarse en la imagen que proyectamos». El lenguaje no verbal, prosigue, «servirá de apoyo a la palabra con la fuerza que podamos tener en la mirada y el movimiento de nuestras manos» . Es necesario, concluye, «que manejemos esos códigos de comunicación entre alumnos y profesores, que se verá reforzado con los padres en las reuniones programadas por los centros, en las ampas y demás entornos educativos».
El mensaje debe ser conciso y claro. Tenemos que practicar la frase corta, con el punto y seguido, para centrar la atención del interlocutor y aprender a dar titulares condensando la información. Esta etapa de la vuelta a las aulas deberá exigir un esfuerzo especial a profesores yalumnos para que haya interactividad en las clases, de manera que sean lo más amenas posible, con el rigor que exige una formación de calidad para nuestros estudiantes.
Por último, destacar que si en algún momento es necesario volver momentáneamente a sesiones online, «hay que procurar una comunicación muy directa y cercana, a pesar de la limitación de no haber presencia física, con la mirada muy fija en la cámara del ordenador que son los ojos del alumno y del profesor, en cada caso, y buscar la complicidad de los asistentes a las sesiones formativas», sugiere.
La mascarilla, la distancia de seguridad y mamparas no deberán de ser un obstáculo para practicar una comunicación eficaz en pandemia en nuestros centros escolares.
Pautas para arrancar con éxito las frases en las conversaciones en clase
En la expresión oral que manejemos es fundamental utilizar mensajes concretos y concisos. Debemos fijar el foco en lo que queremos decir y cómo lo queremos decir, con una estrategia centrada en la efectividad de las palabras. Esto es aplicable en el diálogo profesor/alumno, así como en el de alumno/alumno.
Lo que sí debemos hacer:
1- Iniciar el diálogo con un titular que condense el mensaje para llamar la atención del interlocutor, de los alumnos. Expresar la idea con firmeza y contundencia en la voz.
2- Crear «marketing» de lo que vamos a tratar, de la materia a desarrollar. Es decir «vender» bien el contenido para captar interés.
3- Hacer frases conclusivas y evitar dar rodeos. Evitar la monotonía de la voz.
4- Resumir, condensar al final de la frase con dos o tres palabras de lo comentado o expuesto.
Lo que no debemos hacer:
1.- Divagar al iniciar el mensaje. Dar vueltas alrededor de los mensajes sin concretar.
2.- Dar por hecho que se conoce el tema que vamos a comentar o que el interlocutor sabe lo que queremos saber al preguntar.
3.- Excedernos en el uso de palabras. Hablar demasiado sin concretar.
4.- Hacer cierre de frases de ida y vuelta que no concentran la atención del interlocutor.
Estas pautas elementales nos van a ayudar a practicar una comunicación más eficaz, y a que fluyan mejor las ideas, conceptos y opiniones. Es necesario manejar códigos de comunicación que inciten al alumno a preguntar en clase con la limitación que impone una mascarilla y la distancia de seguridad por pandemia. Es por ello que a la hora de intervenir en clase, el alumno tiene que fijar su mirada en el interlocutor, en el profesor, en este caso, y esforzarse por pronunciar adecuadamente, con un ritmo no demasiado rápido de expresión oral, realizando un esfuerzo para que su tono de voz resulte inteligible para el resto de compañeros en la clase. Debe apoyarse en el lenguaje no verbal de ojos, cara, torso y manos para afianzar lo que quiere comentar. La mirada directa nos ayudará a “hablar con los ojos” para apoyar el contenido de nuestros mensajes verbales .