8 NOVIEMBRE, DÍA DE LA DISLEXIA

Cuando la dislexia llega a casa

Un 10% de la población presenta este trastorno, según la Asociación Madrid con la Dislexia

C. F.

La dislexia, o la alteración de la capacidad de leer por la que se confunden o se altera el orden de letras, sílabas o palabras, complica mucho la vida a aquellos que la padecen y altera la vida de aquellas familias donde se registra un caso. ¿Qué pueden hacer los hogares con un niño que presente dislexia? Según la organización Madrid con la Dislexia , la implicación de los padres contribuye de manera eficaz sobre la adquisición de destrezas y capacidades relacionadas con la lectura y la escritura. Por ello, ac aconsejan, es importante informarles y orientarles para que puedan colaborar de forma adecuada durante el proceso de adquisición de la lectura y escritura desde la Educación Infantil y a lo largo del primer tramo de la Educación Primaria. «No hay que olvidar que estas edades son cruciales para detectar, prevenir y corregir las dificultades que se puedan ir presentando y la familia constituye un agente de gran ayuda para ello», advierte Guida Cubillo, directora de Relaciones Públicas e Institucionales de esta Asociación.

Ante un caso de dislexia en el seno familiar , desde Madrid con la Dislexia indican que es importante que los padres conozcan las dificultades que tiene su hijo y colaboren con el profesor para minimizarlas y evitar el desarrollo de actitudes de ansiedad e impotencia, incluso enfados que podrían tirar por tierra una ayuda tan necesaria. «Debido al supuesto componente genético que en algunos casos podríamos encontrar en estas dificultades, algunos progenitores pueden sentirse culpables , y que esto genere malestar y preocupación, por lo que conviene evitar este tipo de pensamientos y trabajar con ellas para que se desestimen», explica Cubillo.

A su juicio, es importante contar con la información que los padres puedan aportar, escuchar los problemas que observan en su hijo para el aprendizaje , y sus propias dificultades y sentimientos ante esta circunstancia. «Se pueden convocar reuniones con las familias para conocer su experiencia en cuanto a la forma de aprender del alumno y las estrategias que mejoran sus aprendizajes, y así tenerlas en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumno».

Desde Madrid con la Dislexia han reunido en una guía algunas actitudes familiares que van a ayudar a afrontar los problemas de modo positivo. Son las siguientes:

-Ejercer de facilitadores de todo lo que puede propiciar una mejoría en el niño.

-Trasmitir al niño el apoyo emocional que necesita.

-Mantener la esperanza de la mejoría y el éxito.

-Aprender a convivir con el disléxico y ser comprensivo con todas sus peculiaridades.

-Informarse de las características generales de sus dificultades, pero también de las individuales, descubriendo el perfil de sus puntos fuertes y débiles, descubriendo las cosas en las que destaca, para hacerle sentir que no todo son debilidades.

-Buscar el asociacionismo , que permitirá conocer y recibir el consejo de familias que ya han pasado antes por lo mismo.

-Fortalecer su autoestima , agradecer y valorar su esfuerzo.

-Crear vínculos positivos de comunicación , facilitando la buena coordinación con el profesorado que le atiende.

-Procurar actitudes de escucha y de compresión a los problemas que puedan presentarse.

-Crear en casa un ambiente estructurado en las rutinas, que mejorará y ayudará al niño en su estabilidad, en la organización de sus tareas y de su vida en general. La constancia y la regularidad son importantes.

-Favorecer el uso de pequeñas ayudas , como los diccionarios, agendas, correctores ortográficos, calendarios informatizados, etc.

-Programar con el niño las horas de estudio de cara a los exámenes, tareas asignadas y trabajos de larga duración.

-Ponerse a su disposición cuando estén muy cansados de escribir. Mientras el niño redacta y dicta, limitarse a escribirlo.

-Favorecer lecturas que le sean necesarias , como instrucciones de juegos, recetas, normas deportivas, etc.

-Organizar las tareas por orden de dificultad.

-Disponer de una habitación o un lugar tranquilo para el estudio.

-Utilizar elementos visuales que complementen la lectura.

-Repartir la supervisión de las tareas de forma compartida entre ambos progenitores.

-Evitar actitudes de sobreprotección , que conviertan a los niños en más dependientes y menos resolutivos.

-Ejercer de modelos lectores para el niño e inculcar el gusto por la lectura, aunque esta sea leída, cuidando la prosodia y la entonación.

-Educar con la acción , con las actitudes y con el ejemplo.

-No dramatizar su realidad, ofreciendo explicaciones ajustadas a la edad y necesidades que el niño vaya planteando. La dificultad en el aprendizaje de la lectura es eso, una dificultad, no un impedimento.

-Ayudar al niño a aceptar sus limitaciones y elaborar positivamente las frustraciones.

-Vivir el tiempo y las tareas sin estrés.

-No insistir con técnicas que han fracasado en ocasiones anteriores.

-Darle una explicación adecuada para que pueda entender qué le pasa y en qué consisten sus dificultades.

-Conocer los intereses del niño y utilizarlos como elementos motivacionales.

-Facilitar la participación en actividades extraescolares que le puedan ser útiles para explorar sus puntos fuertes.

-Permitir un abordaje de las dificultades que presente el niño lo más multidimensional posible, dando entrada a los profesionales que puedan ayudar.

-Ofrecer técnicas de estudio adecuadas: disponer de variedad de materiales y recursos para ayudarle en el manejo de la comprensión y el estudio, como por ejemplo el subrayado, los resúmenes o los mapas mentales.

-Evitar que la dificultad en el aprendizaje de la lectura sea una excusa para dejar sin hacer cosas que si podría hacer.

-Trabajar el significado y la ortografía de las nuevas palabras.

-Usar cómics o poesías para acercarle a los textos escritos y a su lectura.

-Utilizar programas informáticos, como los conversores de texto en audio que están suponiendo un estupendo recurso y un avance enorme para todos.

-Usar técnicas de relajación, tanto los propios padres como con el niño, que ayuden a superar la tensión y el estrés.

-Mandar al profesorado notas explicativas cuando no haya conseguido finalizar la tarea, a pesar de haberle dedicado el tiempo y esfuerzo necesario.

Cuando la dislexia llega a casa

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