SEMANA DE LA LACTANCIA
¿Pasa algo si bebo alcohol un día y estoy amamantando a mi bebé?
La presidenta de la Asociación Española de Matronas responde a las preguntas más habituales de las mujeres gestantes o en periodo de lactancia respecto a las bebidas alcohólicas
«Pensé que me ocultaban información con la enfermedad de mi hijo»
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Las evidencias científicas han demostrado que el uso de alcohol en la etapa de embarazo puede dar lugar a problemas graves e irreversibles en el futuro recién nacido. El término Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) es una denominación que se acuñó en 1973 para describir un abanico de síntomas que pueden manifestarse en los recién nacidos cuyas madres consumieron alcohol durante el embarazo, sin duda un problema grave de salud pública; de hecho la exposición prenatal al alcohol es la principal causa conocida y prevenible de retraso mental en el mundo occidental.
Según Rosa María Plata , presidenta de la Asociación Española de Matronas , existen suficientes evidencias científicas de que el alcohol durante la gestación produce tanto anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas. Asegura que el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) es el extremo más grave de los trastornos del espectro alcohólico fetal y cuyo resultado más grave durante el embarazo es la muerte fetal . Se caracteriza por producir malformaciones morfológicas (especialmente defectos cráneo-faciales), retraso en el crecimiento y alteraciones del sistema nervioso central, expresadas principalmente por alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y de aprendizaje.
«El daño producido en el sistema nervioso de los fetos por la ingesta materna de alcohol origina lesiones más o menos graves, pero siempre permanentes —puntualiza—. La gravedad de los síntomas es variable con afectaciones diferentes en síntomas y gravedad y pudiéndose conjugar en un mismo recién nacido tanto defectos físicos como discapacidades intelectuales o cognitivas y de socialización».
Entre los defectos físicos de los bebés afectados destacan los rasgos faciales característicos, entre ellos, ojos pequeños, el labio superior excepcionalmente delgado, nariz corta y hacia arriba, y superficie de la piel lisa entre la nariz y el labio superior. También conlleva deformidades de las articulaciones, extremidades y dedos, crecimiento físico lento, antes y después del nacimiento, dificultades de la visión o problemas de audición, perímetro de la cabeza y tamaño del cerebro pequeño, defectos cardíacos y problemas con los riñones y los huesos.
Añade Rosa María Plata que no se pueden descartar tampoco los problemas en el cerebro y el sistema nervioso central, que pueden suponer: coordinación o equilibrio deficientes, discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje y retraso en el desarrollo, mala memoria, problema de atención, dificultad para razonar y resolver problemas, para identificar las consecuencias de las decisiones, nerviosismo o hiperactividad, cambios repentinos de humor.
También señala que este síndrome conlleva problemas sociales para relacionarse con los demás , para adaptarse al cambio o para cambiar de una tarea a otra, de comportamiento y de control de los impulsos, concepto de tiempo deficiente, dificultad para concentrarse en una tarea, planificar o trabajar hacia un objetivo.
Pese a todo, hay madres que no son conscientes, en ocasiones por desconocimiento, de todos estos problemas y suelen preguntarse si hay una cantidad mínima (una copa, un chupito...) que sí puedan tomar en ocasiones especiales. ¿Podrían hacerlo en su estado de gestación y lactancia?
Se desconoce, si es que existe, la cantidad de alcohol que una mujer pudiera consumir durante el embarazo sin poner en riesgo a su hijo, por lo tanto, la recomendación segura es no ingerir alcohol alguno durante la lactancia.
¿Es factible que se saque la leche y la congele por si un día la utiliza porque quiero beber alcohol? ¿Le afectaría en algo al bebé?
Es bastante habitual que las madres hagan extracciones de leche llamémoslas «para emergencias». Podría ser una circunstancia especial para hacer uso de esa leche completamente libre de alcohol que en nada afectaría al lactante.
¿Puedo amamantar a mi hijo si ya han pasado varias horas desde que tomé alcohol?
La Asociación Española de Pediatría recomienda no dar el pecho en las tres horas siguientes a haber ingerido alcohol. Depende también de la cantidad de ingesta, el peso de la madre, si lo ha ingerido con alimentos o solo etc. Se trata del tiempo aproximado que permanece el alcohol en la sangre y, por tanto, pasa a la leche materna.
Pero, por un día que se tome alcohol, ¿pasa algo si se da el pecho?
No se conoce la probabilidad de que una ingesta ocasional (y moderada) de alcohol ocasione daño al recién nacido pero, sin duda, mejor evitarlo. Evitar el alcohol es la opción más segura para las madres que amamantan. En caso de que las mujeres en periodo de lactancia deseen tomar una bebida de este tipo, se recomienda el consumo de bebidas tipo «cerveza SIN». Es una opción segura para las madres que se encuentran amamantando a sus bebés.
Dejando al margen el alcoholismo crónico que, por razones obvias, es incompatible con la lactancia, ingestas ocasionales, moderadas y respetando el tiempo de excreción del alcohol de la leche podrían ser admisibles, sobre todo en determinadas mujeres que lo ansían fuertemente. Pero mi consejo profesional es que se evite. Si una mujer ha conseguido proteger a su recién nacido absteniéndose durante los 9 meses de gestación, incluso antes de ella ¿no le seguirá protegiendo del alcohol hasta finalizar la lactancia materna? Creo que es posible, saludable y seguro.
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