El método para dormir a un bebé si se despierta cada 45 minutos por la noche
Así puedes conseguir que tu hijo se vuelva a dormir sin ayuda externa

Todos conocemos a unos padres agotados que no consiguen que su hijo duerma , aun habiéndolo intentado todo. Además, los que piden ayuda a familiares o amigos tienen que prepararse para oír las típicas respuestas al estilo «es lo que te toca ahora que tienes un bebé». Cuando un bebé llega a casa, y sobre todo durante los primeros meses, se pierden muchas horas de sueño y dormir 8 horas seguidas parece cosa del pasado. Pero no tiene porqué mantenerse durante años, señala Fernando Ferreira, cofundador de Baby Sleep Solutions , pediatra y especialista en Neonatología. «Muchas de las familias con las que trabajamos están agotadas y han llegado a una situación límite porque llevan meses o años esperando a que sus hijos duerman mejor, pero ese momento nunca llega », reconoce el doctor Ferreira.
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Porque cuando un bebé o niño no duerme y esa situación se mantiene durante mucho tiempo, toda la familia, incluido el niño, sufren estrés y ansiedad. Según la Sociedad Española de Neurología , un 25% de la población infantil padece algún tipo de problema para dormir bien y es algo que tiende a verse como normal. «Es importante que no se normalice la falta del sueño. Si un bebé se despierta cada 45 minutos y nadie en la familia descansa, hay que buscar una solución . Es necesario que los padres entiendan que el sueño reparador es clave para el desarrollo del bebé durante sus primeros años de vida . Los estudios indican que la calidad del descanso de bebés y niños tiene un impacto directo en el bienestar, el rendimiento cognitivo, la capacidad de atención, el estado de ánimo, la resiliencia, la adquisición de vocabulario, el aprendizaje y la memoria». La falta de sueño, insiste Amelia Hunter, cofundadora de Baby Sleep Solutions y Asesora de sueño infantil, «tiene consecuencias y no debería normalizarse, de hecho cuando empezó el confinamiento en marzo de 2020, vimos como la situación de sueño empeoró para muchas familias y contactaron con nosotros en busca de ayuda».
Cosas que pueden poner en marcha los padres
La realidad es que hay «muchas cosas que una familia puede hacer para mejorar el descanso de los más pequeños» , sugiere Hunter. De hecho, «todos los padres deberían tener herramientas para enseñar a sus hijos a conciliar el sueño sin depender de algo o alguien». El problema suele comenzar, prosigue Hunter, «por desconocimiento de estos y de perdurar en hábitos como ayudar a los bebés en los primeros meses, cuando obviamente necesitan ayuda, a conciliar el sueño mediante succión, contacto físico... Si el patrón se repite, ese niño nunca aprenderá a dormirse de otra manera, por su cuenta, sin intervenciones ni ayuda. Hay padres que no saben ayudarles en ese proceso y los bebés siguen dependiendo de la ayuda de cualquier elemento externo para conciliar».
Ayudar a los progenitores a entender cómo funciona el proceso del sueño, continúa esta experta del sueño, «es fundamental para que estos puedan cubrir sus necesidades de descanso durante toda la infancia». Hunter señala que «para nosotros es muy importante transmitir a las familias información realista sobre el sueño de sus bebés y ayudarles a entender cómo funciona para que puedan cubrir sus necesidades de descanso durante toda la infancia».
El sueño es evolutivo
No hace falta siquiera, asegura, ni ver al niño. «Hablamos con los padres, nos explican qué rutinas están siguiendo, qué dependencias tiene el bebé para dormir (pecho, brazos, chupete, carrito, movimiento...) evaluamos cada caso según la edad de la criatura y la situación familiar. Proponemos un plan de acción y un método, pero siempre con el mismo objetivo: que el bebé aprenda a dormir sin la intervención constante de los padres durante toda la noche. Tiene que aprender a dormir sin ayuda, pero estando a la vez acompañados de sus progenitores».
Normalmente, explica, « el trabajo dura aproximadamente dos semanas. Primero explicamos a los padres que es necesario establecer un sitio donde queremos que el niño duerma, y crear una asociación positiva con este espacio o entorno para dormir. Si el niño se duerme en los brazos y luego lo ponemos en la cuna, no asocia cuna con sueño. Segundo, cuando son chiquitines, hay que seguir unas rutinas y unos rituales adecuados para dormir, que les haga entender en qué orden se van a hacer las cosas. Tercero, debemos seguir unos horarios adecuados y concretos según la edad del bebé. No vale cambiar las horas, los horarios influyen. El cuerpo sigue unos ritmos circadianos, que le ayudan a saber cuando hay que estar despierto y cuando dormido».
En dos o tres días -concluye- los niños se adaptan a los nuevos cambios. Son súper listos y aprenden en seguida cómo tienen que dormir. Pero a los padres siempre les decimos: cuanto antes aprendan o se quiten malas costumbres, mejor, porque es más fácil cambiar el patrón».