Expulsan a una mujer de una piscina en Barcelona por dar el pecho a su hijo
Una madre, indignada al no entender que aun hay quien ve la lactancia como «algo sucio»
Lo que Sandra Zamarano no se podía imaginar es cómo iba acabar un esperado día de disfrute de piscina junto a su bebé. Esta madre se dirigió a la piscina municipal de Montcada i Reixac, en Barcelona, y cuando su bebé demandó que ya tenía hambre ella se sentó en el bordillo de la piscina con la intención de amamantar a su bebé mientras se refrescaba los pies en el agua.
Cuál fue su sorpresa cuando el recepcionista de la piscina se acercó para pedirle que no siguiera dando allí el pecho a su hijo y se fuera a los vestuarios del recinto si necesitaba seguir alimentando a su bebé. Ante tal petición «no supe reaccionar», asegura Sandra Zamarano. No obstante accedió a ir al vestuario . Allí lo pensó dos veces y, posteriormente, decidió dirigirse al hombre que le había amonestado y le mostró su total desacuerdo.
Más sorprendida se quedó al escuchar de su boca que nadie se había quejado por el hecho de que ella diera el pecho a su hijo en el borde de la piscina, sino que fue el recepcionista el que por él mismo le pidió que se fuera a amamantar al vesturario para evitar posibles quejas. «Nadie se había quejado ni me había mirado mal» , protestó ella.
El recepcionista basó su decisión en que «tenían una imagen que guardar». Ante tal indignación, esta madre decidió dejar su queja en la hoja de reclamaciones y publicar lo ocurrido en sus redes sociales, ya que considera que «es algo muy importante».
La cosa no quedó ahí. Al día siguiente volvió a la piscina y la chica que en ese momento estaba de recepcionista le pidió disculpas al conocer lo ocurrido y le explicó que « fue una acción unilateral del trabajador ya que en las normas de la piscina no prohibían dar el pecho del bebé».
Con intención de aclarar este altercado, la empresa ha sacado un comunicado diciendo que el recepcionista malinterpretó las medidas de seguridad frente al COVID-19. Esta madre aun no entiende que aquel hombre la mandara al vestuario porque allí hay mayor peligro de contagio al ser un lugar cerrado.
Sandra Zamarano lamenta que en pleno siglo XXI todavía hay gente que al ver dar el pecho se escandaliza y lo ve como algo sucio, «cuando en realidad es un momento bonito con tu hijo».
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