Carta de los pediatras a sus majestades, papá y mamá

Los médicos piden que los pequeños crezcan con amor, respeto y confianza

S. F.

Este año la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha trabajado en favor del reconocimiento de los niños y adolescentes como personas con derechos que se deben respetar y para favorecer un crecimiento y desarrollo libre de cualquier forma de violencia (#nomásviolenciacontralainfancia).

Conscientes de que en muchas ocasiones los padres y madres necesitan apoyo, asesoramiento y herramientas para gestionar los retos del día a día de la vida familiar y que los niños y niñas merecen crecer con amor, respeto y confianza, AEPap quiere trasladar, en nombre de los pediatras de Atención Primaria, algunas reflexiones para favorecer la convivencia positiva en familia.

B esos, abrazos, mucho amor y caricias. Dime «¡te quiero!» al menos una vez al día todos los días del año. Los niños necesitan sentirse queridos y que se lo demuestren cada día. El afecto juega un papel determinante en su desarrollo, y ellos crean apego, desde que nacen, hacia la figura de la persona que les ofrece seguridad, protección y cuidados, tanto físicos como emocionales.

Ú nico y especial. Demuestra lo orgulloso que estás de ser mi madre o mi padre. Dime «¡tú me importas!». Reconoce y valora sus cualidades y competencias, también sus flaquezas . Cada niña y cada niño es diferente, respeta sus particularidades y sus procesos de desarrollo. ¡Quiérele como es!

E scucha y conversa. Habla conmigo, con atención, sin prisas ni distracciones. Interésate por sus cosas, sus logros, sus emociones e inquietudes. Respeta y considera sus opiniones, sin juzgar, solo por el placer de intentar comprenderles, tener en cuenta sus opiniones y hacerles partícipes de las decisiones familiares. Es importante que las niñas y los niños se sientan escuchados y sepan que siempre, siempre, pueden hablar con sus padres.

N ormas y límites que pueda cumplir. ¡No exijas lo que no puedo dar! Las niñas y los niños están creciendo y aprendiendo y necesitan orientaciones claras, razonables y adaptadas a su edad. Explícales las cosas con respeto y coherencia en los mensajes. Elogia el buen comportamiento y demuestra empatía y comprensión cuando no lo consiguen. Ayúdales a gestionar sus emociones ante la frustración.

T ú eres mi modelo. Necesito estar contigo . Sé un buen ejemplo; vale más que tu consejo. La mejor forma de enseñarles es demostrar buenos hábitos, valores y conductas. Ayúdales a crecer y desarrollarse de manera plena, con estilos de vida saludables y aprendiendo a vivir sus emociones. El establecimiento de rutinas y hábitos facilita el aprendizaje e incrementa la sensación de seguridad.

R espeto y amor. No me grites. No me pegues nunca. Educa sin violencia. Educar e n armonía, con respeto y amor son las claves para una crianza positiva y el buen trato en la familia. El castigo físico o psicológico (desprecio, insultos, gritos…) es innecesario, y el maltrato es inaceptable. Respetar y tratar bien a las niñas y los niños permiten su desarrollo sano y feliz.

A utoestima. ¡Puedo hacerlo o, al menos, intentarlo! Necesita tu apoyo, le transmite confianza y seguridad . Elogia su esfuerzo y sus logros y destaca sus buenas acciones; considera que el error también es una oportunidad para el aprendizaje. Respeta sus gustos y deseos y fomenta su autonomía, así fortalecerás su motivación y capacidades y aprenderán a confiar también en ellos mismos.

T iempo compartido. Dedícame un poco de tu tiempo. Comparte a diario algún tiempo de calidad con tus hijos. Para conversar y hacer cosas juntos, disfrutar en diferentes actividades en casa, viajes o contacto con la naturaleza. Promueve las relaciones con familiares y amigos. Y, al acabar el día, no hay nada más placentero para todo niño que le leas un cuento y le des el beso de buenas noches.

O fréceme una elección. Sé positivo. Deja que cometa errores . Enseña qué hacer en lugar de decirle lo que tiene que hacer. Ofrece opciones que requieran de su participación y apóyalo en la toma de sus decisiones, sea niña, niño o adolescente. Ámalo tal y como es.

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