Los 6 beneficios de usar un cojín de lactancia

Cumple múltiples funciones desde antes de la llegada del bebé

ABC Familia

El reto de la maternidad está lleno de momentos de alegría e ilusión, pero también de situaciones más duras y difíciles de transitar. Hacer que los primeros meses de vida del bebé sean un periodo más fácil para todos depende mucho de la ayuda externa disponible y de la implicación de todos en el núcleo familiar. Pero saber escoger los útiles idóneos también puede simplificar en gran medida las rutinas del día a día.

El confort de la madre se convierte en la máxima prioridad si queremos que todo funcione bien desde el primer momento en el embarazo. En este sentido, el cojín de lactancia cumple múltiples funciones desde antes de la llegada del bebé y hasta cuando el niño ha superado el periodo de lactancia. Es un elemento práctico antes y después del parto y no solo para el pequeño y su madre, también para el resto de integrantes de la familia.

Como especialista en artículos de descanso para bebés, el fundador de Mimitos Home César Calvo recomienda el uso del cojín, también llamado almohada, de lactancia « desde el último trimestre de embarazo» , y reconoce que su uso puede extenderse «hasta que los pequeños de la casa hayan cumplido años». Desde su perspectiva, este «indispensable» para cualquier embarazada «tiene muchos más beneficios de lo que puede parecer».

Seis motivos por los que agradecerás tener un cojín de lactancia si esperas un bebé

1. Descanso al final del embarazo

El cojín de lactancia modelo plátano o XL favorece el descanso de la embarazada en los últimos meses antes del parto, cuando tomar una postura cómoda para dormir puede resultar complicado. Al colocarse tumbada lateralmente abrazando el cojín con las piernas, las caderas, piernas y espalda de la mujer en estado se relajan.

Gracias a su adaptabilidad y a los puntos de apoyo adicionales que aporta al cuerpo en su conjunto, la postura será más confortable, lo que repercutirá en una mejora del sueño y en un descanso de mayor calidad durante la recta final del embarazo.

2. Alimentación del bebé

Como su nombre indica, el cojín de lactancia está previsto para ayudar a alimentar al bebé desde su nacimiento, ya sea con lactancia materna o mediante biberón. Su utilización permite a la madre dar de comer el pequeño en una postura óptima para los dos. De esta manera se facilita un buen agarre al pecho y los dos podrán pasar los ratos de las tomas cómodamente, evitando así la tensión en el cuello, el brazo, la zona lumbar y la parte alta de la espalda de la madre. Además, permite a la madre tener una de las dos manos liberadas cuando la necesite para cualquier otra cosa.

El uso de estos cojines está especialmente recomendado para personas que hayan tenido un parto por cesárea, ya que permite amamantar al bebé sin apoyarlo sobre el vientre”, destaca el especialista.

3. Menor presión tras la cesárea

Ligado a la idea anterior, otro de los beneficios de la almohada de lactancia es el alivio de la presión sobre el abdomen en las mujeres que han sido intervenidas por la cesárea no solo cuando alimentan al recién nacido, también en los ratos en los que lo sostiene en su regazo mientras se encuentra sentada.

4. Alimentación simultánea

Alimentar a bebés gemelos o mellizos, así como a un recién nacido y a otro pequeño al mismo tiempo puede ser una tarea realmente compleja. «Muchas madres de varios bebés encuentran la solución a este problema en este tipo de cojines y aseguran que no podrían haber amamantado a sus hijos si ellos», relata Calvo.

Las dimensiones de la almohada de lactancia de tipo XL permiten sostener a dos niños al mismo tiempo, uno a cada lado, cuando la madre los amamanta o cualquier persona les alimenta con biberón.

5. Sujeción del bebé

Para mantener al bebé dormido en brazos durante largos periodos de tiempo y sin perder la comodidad, o cuando un familiar quiere sostenerlo en cualquier momento, este elemento ayuda a cogerlo sin despertarlo y procurándole un soporte adecuado para alargar el sueño.

«Estos cojines se utilizan además como reductor de cuna durante los primeros meses del bebé, en el caso de los que duermen en cunas de tamaño estándar en lugar de cestos o minicunas»”, explica este especialista. También sirven de apoyo al bebé cuando está recostado y en la fase en la que comienza a mantenerse sentado.

6. Separación en la cama

En familias que optan por alimentar al pequeño en la cama durante la noche, es frecuente emplearlo como separador entre la persona que comparte el lecho y la madre o padre que amamanta o da el biberón al bebé. «La finalidad de esto es evitar choques o manotazos involuntarios del adulto que permanece dormido porque el cojín delimita una ‘frontera’ entre el que duerme y los otros dos. Las personas que se mueven mucho por la noche pueden dormir más tranquilas utilizando este sistema», destaca Calvo.

Además, hay quien los utiliza incluso cuando los niños de cualquier edad, que quieren dormir con sus padres o acuden improvisadamente al lecho materno por la noche, se quedan dormidos en él.

Recomendaciones para elegir el cojín de lactancia

A la hora de elegir uno, el especialista recomienda optar por modelos desenfundables y lavables , ya que «el cojín se utiliza varias veces todos los días y es fácil que se ensucie con leche al alimentar al bebé, por lo que su lavado resultará más sencillo si se puede meter en la lavadora».

Como relleno, los cojines de lactancia ofrecen dos opciones: las microperlas y la fibra de poliéster. Para Calvo, la primera alternativa ofrece mayores ventajas por su ligereza, facilidad para amoldar la forma a cualquier superficie y por su «agradable textura» y calidad.

 

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