Cómo elegir juguetes y juegos que estimulan a los niños con Síndrome de Down

El juego es una actividad fundamental en todas las etapas de la vida de un niño. Con él aprenden a conocerse, desarrollan habilidades cognitivas y sociales y favorecen la formación de su personalidad

En España hay actualmente entre 5.000 y 6.000 niños diagnosticados con Síndrome de Down, una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra, que afecta a su desarrollo cerebral y de su organismo. Para ellos el papel de los juegos es especialmente relevante, ya que cuanto mayor sea la estimulación que reciben acompañada de una gran motivación, mejor será la evolución y el desarrollo de sus capacidades, alcanzando un mayor potencial.

También es importante saber que los niños afectados suelen necesitar la ayuda de otros niños o de adultos, al presentar algunas dificultades y no tener esa iniciativa propia que tienen el resto de menores a la hora de ponerse a jugar. Si bien pasan por las mismas etapas de desarrollo que el resto, presentan capacidades diferentes, por lo que les conviene que dispongan de juguetes mejor seleccionados que les ayuden en su desarrollo.

Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra el 21 de marzo, Colorbaby, especialista y referente en la distribución de juguetes, junto con Paloma Castellanos, psicóloga especializada en neuropsicología y educación, explican la importancia que tiene el juego en la estimulación y el desarrollo de estos niños, puesto que “la elección del juguete debe ir unida al momento evolutivo del menor y a sus intereses”, apunta Castellanos.

Además, a la hora de pensar en un juguete para un niño con Síndrome de Down no es necesario buscar materiales distintos a los que usan el resto de los niños, “pero sí debemos tener especial cuidado en la presentación de los materiales, ya que ellos necesitan más tiempo para adaptarse a cada etapa. Por ejemplo, con los juguetes con piezas pequeñas, que tienen el riesgo de metérselas en la boca y se las puedan tragar”, explica Castellanos. En cuanto a los juegos, “los mejores son los elaborados con materiales naturales como la madera, metal, vidrio o lana”, añade.

Un juguete para cada edad

Para conocer qué tipo de juguete está más indicado para cada etapa, aquí tienes una lista en la que encontrarás diversas opciones que serán de gran ayuda.

De 0 a 12 meses

Los móviles para la cuna o el cochecito, que serán sobre todo en blanco y negro durante los primeros meses, para que desarrollen su sentido visual, favorezcan la concentración y la atención.

Sonajeros de poco peso de madera o texturas suaves para desarrollar su coordinación motora, la capacidad de agarre y la estimulación sensorial.

Pelotas de distintos tamaños y fáciles de agarrar. También aquellas que rueden poco para que, cuando el niño las lance, lo haga cerca de él y pueda llegar reptando o gateando hacia ella para alcanzarla (un movimiento que a estos niños les suele cuesta más).

Túnel de gateo para trabajar la psicomotricidad.

De 1 a 2 años

Puzles encajables, sobre todo de madera, para trabajar la orientación espacial.

Juegos de arrastre para fomentar el movimiento.

Cuentos con sonidos o texturas diferentes y con fotografías de animales, paisajes…mejor que con dibujos.

Juegos para el baño

Juegos para insertar anillas, vasos y cubos apilables para hacer construcciones.

De 2 a 3 años

Juegos simbólicos como cocinitas, herramientas de construcción, disfraces... que simulen la vida cotidiana.

Juegos de movilidad y coordinación con pelotas, aros...

Escuchar diferentes melodías o sonidos del ambiente para estimular las funciones auditivas.

Juegos para amasar, como la masa de sal o la arena mágica, para trabajar la fuerza de las manos y así mejorar su psicomotricidad.

A partir de 3 años

A esta edad, un niño con Síndrome de Down ya ha alcanzado algunas habilidades y cierta autonomía, pero es importante seguir interactuando con él en el juego y ser una guía en su aprendizaje.

Es, además, conveniente que:

—Participe en juegos al aire libre que impliquen correr y saltar estimulando su movimiento corporal. Nos podemos ayudar de la música para enriquecer esas actividades y utilizarla como un instrumento para expresar emociones.

—Pinte en una pizarra y use la pintura de dedos

—Siga manipulando diferentes masas como la plastilina o la arcilla para moldear y así continuar trabajando la fuerza de sus manos.

—Juegue con rompecabezas .

—Utilice cuentos e imágenes reales para ampliar su vocabulario.

—Acompañe canciones con movimientos corporales.

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