violencia en las aulas

«Desde psiquiatría aconsejamos a los padres que avisen al colegio del trastorno de sus hijos»

Josefina Castro, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y adolescente, explica cómo detectar un problema mental

«Desde psiquiatría aconsejamos a los padres que avisen al colegio del trastorno de sus hijos»

c. fominaya / m. j. p. barco

La incidencia de psicosis a edades tempranas no es excepcional. De hecho, según Josefina Castro, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (AEPNyA) , «se pueden dar casos incluso a los 10 y 11 años. Aunque es más frecuente entre los 15 y los 20».

La también jefa del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil del Hospital Clínico de Barcelona , Josefina Castro, apunta a que una psicosis puede debutar de un día para otro con unos síntomas muy claros, como son las «alteraciones en la sensopercepción, es decir, con alucinaciones auditivas, que hacen a estos enfermos escuchar voces que les increpan o insultos como si fueran absolutamente reales, y que les hace tener una percepción absolutamente irreal de algunos aspectos de la realidad. También pueden interpretar erróneamente miradas, situaciones o mensajes de la televisión dentro de este delirio... O presentar megalomanía o suplantación de la personalidad de otro…».

Sin embargo, hay otros síntomas de la psicosis que, como señala la presidenta de la AEPNyA, no son tan llamativos y que pueden durar meses o semanas, y ante los cuales hay que estar atentos, «porque se pueden confundir con los cambios habituales de la adolescencia». Los llamados «pródromos de la esquizofrenia» se presentan con «apatía, una mayor dificultad para razonar, aplanamiento afectivo, un aislamiento del entorno, cambio en la actitud, forma de vestir, o intereses…». «Detectar estos síntomas insidiosos es muy importante para poder prevenir actuaciones posteriores más graves», remarca.

Castro explica también que cuando el paciente está en edad escolar, el hospital intenta trabajar siempre «mano a mano» con el colegio. «Es aconsejable hablar con el claustro de profesores porque hace falta una cierta colaboración. Y los centros suelen tener muy buena respuesta. Si a estos niños los medicas y los ayudas, pueden seguir estudiando en su colegio». De hecho en la sala de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Clínico de Barcelona, cuenta, «los niños ingresados siguen haciendo deberes y exámenes en cuanto pueden. Después pasan al hospital de día en horario escolar y se van a su casa a dormir. Y cuando procede, vuelven al colegio y se les integra en la vida social».

«Desde psiquiatría aconsejamos a los padres que avisen al colegio del trastorno de sus hijos»

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