Cómo favorecer el bilingüismo desde casa
Los niños necesitan estar en contacto con un segundo idioma el 20% de su tiempo para tener mayor inmersión lingüística

Mejorar el conocimiento de nuestros hijos de un segundo idioma también se puede hacer desde casa. Hay recursos y herramientas para ello. Por ejemplo, Monkimun, una startup española que crea sencillos juegos para que los niños se familiaricen desde muy pequeños con idiomas extranjeros.
La cofundadora de esta compañía, Marieta Viedma, afirma que «para que se considere que un niño domina una lengua extranjera debe utilizar, como mínimo, el 20% del tiempo en dicho idioma y, para ello, es fundamental que en el aprendizaje participe toda la familia». Además, recuerda que «existen estudios que afirman que un niño, con un nivel muy básico de inglés, tardaría 7 años en dominarlo de manera correcta. Un tiempo que se puede reducir si practica este idioma en casa».
Aprender idiomas todos juntos en casa además estrechará los lazos familiares y la intimidad del hogar. Dice Viedma que «cuanto mayor sea el grado de inmersión lingüística de los niños en el idioma que están aprendiendo, mejor será su comprensión del mismo y más rápido adquirirán el vocabulario y las normas del lenguaje».
Así se puede aprender inglés en casa
Estas son las recomendaciones que ofrece esta compañía para aprender inglés en familia:
Imitación. A edades muy tempranas los niños aprenden por imitación, así que tomarán como referencia todo aquello que vean en su entorno familiar. En ese sentido hay que repetir y nombrar lo que hacemos de manera que el pequeño relacione acción y palabra. Viedma asegura que «haciendo esto el contacto con el nuevo idioma se volvería contagioso y el niño encontraría divertido el uso frecuente de expresiones como ‘Nice to see you’ o ‘Have a great day’».
Naturalidad. Hablando inglés en casa se suprime la sensación de obligatoriedad que lleva aparejado el aprendizaje de otro idioma en el ámbito académico, ya que son la necesidad y el deseo de interactuar con su entorno los que inducen al niño a usarlo para ser comprendido y atendido. «El resultado dependerá de la naturalidad y la tranquilidad con la que se introduzca el nuevo idioma», explica Viedma.
En casa se aprende y en el aula se consolida. Al contrario de lo que pasa habitualmente, la escuela o las clases se convertirían en un lugar en el que poner en práctica lo aprendido en casa a través de los padres, de aplicaciones, programas de televisión o películas. Así, se sumerge al niño en un aprendizaje natural y se favorece el reconocimiento posterior en clase al identificar algo que se ha visto u oído con anterioridad. Viedma incide en que «si se introduce al niño en el bilingüismo de forma natural, el pequeño termina adaptando sus esquemas cerebrales a este proceso, facilitando su aprendizaje».
Contextualización. El vocabulario que aprenden en casa está siempre contextualizado por lo que el niño desarrolla la capacidad de pensar directamente en el idioma extranjero, combatiendo la tendencia que a veces existe a traducir al propio idioma el mensaje recibido.