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Los universitarios no conciben un inicio de curso sin novatadas

La legislación interna de muchos colegios mayores, universidades y residencias las prohíben bajo pena de expulsión

Los universitarios no conciben un inicio de curso sin novatadas alfredo aguilar

efe

Denostadas por unos y cita ineludible para otros durante los primeros compases del curso universitario, las novatadas regresan año tras año a las universidades, residencias y colegios mayores pese a que en la mayoría de estos centros, si no en todos, están terminantemente prohibidas. «Para mí son jornadas de integración en las que alumnos veteranos y novatos se conocen entre ellos», explica David Mendoza, un estudiante de la Universidad Autónoma que reside desde hace tres años en uno de sus colegios mayores. El universitario no concibe un principio de curso sin novatadas , hasta el punto de considerarlas «importantísimas» para el posterior desarrollo de la vida residencial, en la que centenares de jóvenes intercambian experiencias y comparten el día a día bajo un mismo techo.

Justo enfrente, en la otra cara de la moneda, suelen estar la legislación interna de muchos colegios mayores, universidades y residencias, así como los dirigentes de estos centros. «Las novatadas son malas, son una práctica poco recomendable porque se hacen bajo la excusa de integrar, pero no se integra, sino que se genera miedo en los nuevos residentes, que llegan en situación de inferioridad», argumenta María González, portavoz del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España.

González denuncia que «hay novatadas que rozan el delito» y apunta que estas actividades han pasado a copar en los últimos años un hueco prominente en la agenda anual de organizaciones como a la que pertenece, desde donde trabajan durante todo el año para evitarlas. «El problema gordo es que nosotros queremos que desaparezca esta situación y cada septiembre nos encontramos con lo mismo» , lamenta la portavoz, que no esconde que el objetivo es lograr «erradicarlas». Para González hay otras formas de integrar a los nuevos estudiantes, como por ejemplo mediante las actividades deportivas. «Estamos intentando generar una cultura diferente con otras actividades, de hecho este año se ha organizado una olimpiada intercolegios mayores, que se celebrará en Madrid a finales de septiembre y en la que van a participar universitarios de toda España», suscribe la portavoz, quien considera que el camino para eliminar las novatas pasa por la concienciación. «Cada año hacemos cosas para sensibilizar, sobre todo a los residentes de primero para que, así, el año que viene cuando sean residente de segundo año, estén sensibilizados y lo enfoquen de otra manera», concluye.

Pena de expulsión

Para acabar con estas prácticas, la Universidad Complutense ha implantado una iniciativa en la que se obliga a los alumnos admitidos en colegios mayores a firmar un compromiso anti-novatadas a la hora de hacer la matrícula . Curiosamente, este documento, en el que los estudiantes se comprometen «a renunciar en todas sus formas y maneras» so pena de expulsión a las novatadas, también lo firman los padres de los universitarios, quienes asumen las consecuencias que la participación de sus hijos en las mismas pudieran acarrearle. La sombra de las vejaciones y las agresiones se ha cernido tradicionalmente sobre las novatadas, algo que Mendoza desmiente tajantemente, al menos en virtud de su propia experiencia. «No hay agresiones, sólo son actividades para conocernos, además aquí son bastante suaves», expone el universitario, quien incluso reconoce que después de haber vivido esta experiencia como novato y como veterano, guarda un mejor recuerdo del primer caso. «Me lo pasaba mejor recibiéndolas que haciéndolas», subraya el joven, quien aún hoy mantiene relación de amistad con los que por entonces fueron sus veteranos.

Justamente a punto de empezar su periplo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona , el estudiante Antonio Álvarez, que vivirá en una residencia, espera «que las novatadas sean leves», pese a que considera que, por lo que ha visto, «son una forma de integrarse». «La verdad es que son una forma de integrarse y de conocer gente, porque se hace bastante el tonto juntos, he visto grupos de 20 o 30 personas que se tiran agua, por ejemplo, pero espero que en mi residencia no las hagan», indica.

Los universitarios no conciben un inicio de curso sin novatadas

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