Diego de Colecciolandia es el «conseguidor» para los amantes del slot

Piezas raras, coches antiguos o muy exclusivos, como el Ferrari 250 GTO dedicado a Benedicto XVI, el auténtico mirlo blanco del mundo del slot. Pero también coches de fabricación propia únicos en el mundo, porque Diego Dámaso, al frente de «Diego Colecciolandia» se ha dado el capricho de producir un Dodge 3700 GT para ampliar su colección personal y la de un grupo de clientes-amigos, como él prefiere llamarlos.

A pesar de tener que competir con la PlayStation, para Dámaso el mundo del coleccionismo cuenta con algunas ventajas que permiten su supervivencia a lo largo del tiempo: es el pegamento intergeneracional más potente y no hay ninguna imposición a la hora de empezar una colección; puede ser de cinco, 50 o 5.000 coches, solo debe satisfacer las espectativas de su dueño.

Dámaso recuerda cómo su padre decidió en parte su futuro con un carné de socio del Club Scalextric solicitado antes incluso de que llegara a este mundo. Confiesa coleccionar desde niño gracias a un consejo de su abuelo: «Si cuidas tus coches, con el tiempo tendrás muchos más con los que jugar».

Con el coleccionismo metido en la sangre, Dámaso considera un privilegio dedicarse a lo que más le gusta. Respecto al nombre de su empresa, nada tiene que ver con el ego aclara, sino con la cercanía y la rápida conexión que establece con sus clientes; y es que la afición que tienen en común es poderosa.

Las cámaras de ABC.es visitan la tienda física de Colecciolandia en Madrid (calle Guzmán el Bueno, 62. Local 6) para descubrir las curiosidades y piezas más exclusivas de un negocio que en cambio, está abierto a cualquiera con ganas de disfrutar, sin presupuesto previo.