Eurovisión 2015
Europa busca ya al sucesor de Conchita Wurst
Estonia y Rusia parten como favoritas para lograr la clasificación en la primera semifinal de Eurovisión. El belga Loïc Nottet, la posible sorpresa de la noche
El reinado de Conchita Wurst tiene los días contados. El festival de Eurovisión alza de nuevo el telón esta noche para buscar al sucesor de la cantante que ha devuelto la ilusión «eurovisiva» a todo un país tras su victoria del año pasado. Viena, que no era sede del certamen desde el anterior triunfo austriaco, allá por 1967, se ha contagiado de la fiebre por el festival y en las aceras, taxis, tiendas o vagones de tranvía el logo del concurso y el lema de este año («Construyendo puentes») son omnipresentes. Incluso la figura inconfundible de la «mujer barbuda», erigida ya como una heroína nacional, luce en cualquier esquina y en las paradas de metro es su voz la encargada de anunciar el nombre de cada estación. Un hecho insólito para un país que, sólo seis año antes, dejó de participar en el concurso por los malos resultados que cosechaba.
Bajo este fervor por el festival, la competición arranca esta noche con la celebración de la primera semifinal. 16 países competirán por lograr una de las diez plazas que dan acceso a la gran final que tendrá lugar el próximo sábado y para la que ya están clasificados los miembros del llamado «Big 5» (España, Italia, Reino Unido, Francia, Alemania) Australia en condición de país invitado y Austria como anfitrión.
Rusia y Estonia parten como claras favoritas para conseguir una de esas diez plazas. Polina Gagarina, toda una celebridad en su país, defenderá los colores de la bandera rusa con la canción «A million voices», una balada con pretensiones de himno que habla sobre las millones de voces «que se unen para hablar un mismo idioma: el idioma del amor». Un mensaje pacifista muy oportuno para un país que el año pasado, en pleno enfrentamiento con Ucrania por el control de la región de Crimea, no se libró de los abucheos del público eurofan. Mientras, Estonia se mira en el espejo del dúo neerlandés «The Common Linnets», segundo en 2014, para repetir fórmula con Elina Born y Stig Rästa y su delicada «Goodbye to yesterday», con una puesta en escena igual de intimista aunque con menos química entre ambos. No será el único dúo de la noche, puesto que Bielorrusia también estará representada por una pareja. Uzari y Maimuna apuestan por un tema de corte pop donde el violín se convierte en el gran protagonista.
Elhaida Dani ganó un «show-talent» en Italia
Aunque Rusia y Estonia parten con ventaja, hasta tres países están llamados a convertirse en la revelación de la velada. Bélgica está dispuesta a romper su mala racha en estos últimos años con el carismático Loïc Nottet y su tema «Rhythm inside», de corte similar al que nos tiene acostumbrados Lorde, la considerada «oscura princesa del pop». Con una puesta en escena algo desconcertante pero moderna, el belga promete ser uno de los grandes atractivos de la noche. La imponente voz de Elhaida Dani es, mientras, la principal baza de Albania. La artista, que incluso ganó un concurso de talentos en Italia, se vio obligada a cambiar la canción para el festival por los problemas con el autor. Una situación comprometida de la cual ha salido beneficiada puesto que «I'm alive», el nuevo tema, ha convencido mucho más y le ha hecho subir bastantes puestos en las casas de apuestas. Quienes siempre han estado entre los favoritos son los componentes del grupo finlandés PKN, uno de los mayores reclamos mediáticos de la edición de este año . Dos de sus integrantes padecen síndrome de down y otros dos, autismo. La música ha sido, para los cuatro, un espacio de encuentro y superación. A Eurovisión llegan reivindicando un estilo poco tratado en el festival, el punk, con la canción «Aina mun pitää» (literalmente «Siempre tengo que»).
Polémica canción armenia
Aunque no están entre los favoritos, Grecia y Rumanía también son fijos en cualquier quiniela ya que ambos países no se han quedado, hasta la fecha, nunca fuera de la final. Los helenos, abonados siempre a los temas ligeros y bailables, apuestan nueve años después por una emotiva balada interpretada por la dulce Maria-Elena Kyriakou, una de las artistas mejor valoradas por la prensa durante los ensayos previos a la semifinal. El grupo rumano Voltaj apela a la emoción hablando en su canción de la soledad que sufren los niños cuyos padres tienen que emigrar a otros países para buscar trabajo.
También contiene mensaje, aunque más polémico, el tema del grupo armenio Genealogy. La formación, creada específicamente para el festival, conmemora de forma velada el 100 Aniversario del genocidio armenio llevado a cabo por el gobierno turco. La televisión local, para evitar suspicacias o no verse abocada a la eliminación al violar la regla que impide tratar temas políticos en las canciones, decidió a última hora cambiar el título de la composición por «Face the shadow». El grupo húngaro Boogie hace, mientras, un canto a la paz con la canción «Wars for nothing».
En esta primera semifinal también habrá lugar para las «petardadas», como la apuesta moldava con bailarines y coristas vestidos de policia con pantalón corto sobre un andamio o la de Serbia, con una Bojana Stamenov clamando que la belleza nunca miente mientras el cuerpo de baile enloquece a su alrededor con vestimenta colorida. Los daneses Anti Social Media, con estilo rock retro ochentero, la neerlandesa Trijntje Oosterhuis, el macedonio Daniel Kajmakoski y la «guerrera» georgiana Nina Sublatti completan la lista de aspirantes.
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