La Semana de la Alta Costura de París en 7 claves
La pasarela más exclusiva del mundo recupera la brillatez de antaño. Karl Lagerfeld sentó cátedra de nuevo y abundaron los vestidos inspirados en reinas y princesas
Christian Dior , Schiaparelli , Chanel , Jean Paul Gaultier , Armani y Valentino han dejado -de nuevo- un halo de romanticismo y sueño en las pasarelas de París. Sin las prisas comerciales del prêt-à-porter, ni la ambición de algunas casas de moda por cambiar el mundo y epatar con diseños imposibles o salidos de tono, la Alta Costura francesa ha convertido esta pasada semana en un placer visual para prensa y asistentes. La variedad y la calidad, tan rara vez unidas, han brillado por su presencia.
Una de cal y otra de arena
Esta temporada ha supuesto la consagración de Maria Grazia Chiuri como directora artística de Christian Dior, mientras que la colección de Schiaparelli recuperaba la esencia de la creadora romana, absorbiendo la herencia «Valentino» de Bertrand Guyon . Pero fue Karl Lagerfeld el que sentó cátedra de nuevo en su desfile de Chanel. Ese niño díscolo de ochentaitantos da una de cal y otra de arena. Lo mismo sorprende con vestidos de noche acompañados de zapatillas de deporte en tweed, que vuelve al redil de la normalidad conjugando con verdadera maestría las claves de mademoiselle, como ha hecho esta semana. Presidieron la pasarela los trajes sastre de falda en tweed , que parecían recién salidos de los talleres de Coco Chanel en su día. Se combinaron con vestidos de noche con plumas y pedrería. Lagerfeld no cansa y tiene la virtud de entretener sin salirse del «plato».
La delicadeza y la técnica
Algunos de los vestidos de Chanel, mostraban la s ofisticada técnica de bordado de «Lunéville», llevada a cabo en los talleres de Lesage y Lemarié. Se trataba de piezas bordadas a mano con un efecto de luz causado por curiosas lentejuelas de cristal y plata, así como por una gran cantidad de perlas facetadas según la técnica de Lunéville. Para crearlos, han sido necesarias más de 600 horas de trabajo manual en los talleres de Lesage. Los apliques de plumas de avestruz de los bajos de los vestidos, también de Lesage & Lemarié, iban en línea con la colección de prendas con plumas que Miuccia Prada presentó hace unos meses en Milán.
Novias de rosa
Esta temporada, además del predominio del rosa empolvado que lleva dominando unos meses la escena, se ha dado una curiosa casualidad, y es que en los vestidos de novia ha predominado también este color. Es así como en Valentino, en Dior y Chanel, las maravillosas siluetas de los trajes se han conjugado en rosa empolvado, una nueva alternativa para el día de boda.
Vestir a las princesas
Curiosamente, dos colecciones parecían estar ideadas expresamente para princesas europeas y árabes. Además de los maravillosos y sofisticados vestidos de Elie Saab , las prendas presentadas por el genial Giambattista Valli , fueron un elenco de opciones perfectas para las princesas: parecían estar diseñadas con la bellísima exjequesa de Qatar in mente, incluido el pañuelo de seda blanco en la cabeza. Alexis Mabille fue un paso más allá e hizo desfilar a sus modelos con coronas de reina, si bien iban vestidas con atuendos inspirados en diferentes lugares del mundo. Fue curioso ver a una replica de Kate Middleton vestida de azul y morado, con su habitual melena suelta y corona incluida.
Vuelta a las joyas
Esta semana ha abundado en joyas: las coronas de bisutería del desfile de Mabille , sin ir más lejos, eran réplicas de algunas piezas de las Familias Reales europeas. Por otra parte, los relojes secretos, las tiras de brillantes y los brazaletes de fantasía, incluían una variada paleta de colores, que iban del verde intenso al azul de los zafiros, dejando atrás las temporadas de minimalismo y discreción.
Lo raro es raro
John Galliano , que no deja a nadie indiferente, ha retomado Maison Margiela con decisión y acierto. Margiela, que fue siempre de un estilo surrealista e intelectualoide, sigue así, a manos del Gibraltareño. Y es que Galliano, un verdadero camaleón, ha sabido reinterpretar la esencia y los códigos de Margiela, incluso superándolos. Sus vestidos con cortes, piezas deconstruidas , siluetas sorprendentes, colores planos, e incluso el maquillaje «en relieve», con cuerdas y apliques, no hacían más que completar una excelente presentación andante de la estética del absurdo. John Galliano, capaz de idear los vestidos más románticos y sofisticados del mundo, sabe reanimar con fuerza un nuevo estilo Margiela.
Armani eterno
La colección de Armani Privé , siendo «el Armani de siempre», como el mismo modisto reconoce, dio un giro más a sus habituales siluetas. Los colores suaves , los cítricos, verdosos y marrones, se combinaron en una serie de originales tejidos, mezclando prendas con un corte y un toque exótico .
Noticias relacionadas