Entrevista

Naty Abascal: «Los trajes no son nada sin la vida que se vive dentro de ellos»

Un libro de la editorial Rizzoli recopila las mejores fotografías de moda de este icono de la moda internacional

Naty Abascal en las Islas Barbados, 1982 Archivos de Naty Abascal
María Luísa Funes

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No hay en España muchos iconos del mundo de la moda internacional , pero si hubiese que elegir a la más destacada, esta sería sin duda Naty Abascal . Andaluza, elegante, con un físico de impresión, presenta ahora un maravilloso libro con fotografías inéditas que a buen seguro deleitarán a todos los aficionados a un sector tan prolífico y humano como el de la moda.

Naty Abascal ha conseguido algo difícil: que en un país donde la envidia campa a sus anchas, se valore su estilo, su trabajo y su experiencia. Ella, que se lanzó a ir a Nueva York para presentar modelos del cordobés Elio Berhanyer cuando contaba con 21 años, quizás entonces no fuese entendida ni siquiera por su numerosa familia. Una adelantada, sin duda. Ahora queda por ver cual será el primer museo que le proponga exponer la colección que refleja el libro que lleva su nombre.

Portada del libro ©Mario Sierra

¿Cómo surgió la idea de este libro?

El libro es el colofón de una exposición que nunca habría tenido lugar sin la ayuda y la generosidad incondicional de mi adorado Eugenio López y su maravilloso museo Jumex de Arte Contemporáneo. Y por supuesto no hubiera sido posible sin el apoyo de Rizzoli, la extraordinaria casa editorial responsable de su publicación. El proceso de crear el libro ha sido una oportunidad de repasar mi vida a través de mis vestidos , accesorios, proyectos e imágenes, combinados con las historias que hay tras ellos, con anécdotas y personas que lo convierten todo en inolvidable.

¿Con qué criterios han sido seleccionadas las fotografías y atuendos escogidos para ilustrarlo?

La elección del contenido fue compleja porque refleja la exposición de mis colecciones que tuvo lugar en el museo Jumex de México, y a pesar de la enormidad de la sala de exposiciones, teníamos un límite de 82 maniquíes. Cada traje expuesto, y cada uno de los muchos otros que o no se exhibieron o se quedaron en España, tiene una historia que contar, una vivencia. Los trajes no son nada sin la vida que se vive dentro de ellos . Y para mí, cada pieza de mi armario, ya sea un traje de alta costura o un modesto par de vaqueros, representa momentos de mi vida. El proceso de edición de las prendas fue tan excitante como complejo, y a veces, doloroso: «¿Tengo que dejar atrás este traje?... ¡No!»

¿Es este libro el reflejo de su vida?

Si, es el reflejo de algo muy íntimo, no solo de mi armario, sino de mi relación con algunos de los diseñadores que más han marcado mi vida . Con sus trajes yo he aprendido a interpretarme y a evolucionar constantemente. Y ellos conmigo han encontrado una inspiración para sus creaciones. Me gustaría pensar que, de alguna manera, mi vida, mis experiencias, son un reflejo de nuestro tiempo, nuestra sociedad, nuestra cultura y tradiciones. Creo que no se puede construir un futuro sin mirar al pasado y, en mi caso, el pasado no significa nostalgia, sino experiencia, ilusión, energía para seguir construyendo mi vida día a día. Ojalá esta forma de pensar refleje a muchas mujeres y les ayude a vivir su sueño como yo lo hago a diario.

A través de los años ¿Cuales han sido sus looks favoritos?

Todas las piezas tienen un significado especial, pero si tuviera que escoger diría que el traje que Valentino me hizo para la boda de mi hijo Rafael es especial. Junto a este traje, guardo en mi memoria uno obra de Oscar de la Renta en los años 60, un sencillo traje corto de seda amarilla con bordados en el cuello. ¡Dios mío, lo que he bailado dentro de ese traje! Cuarenta años les separaban pero para mí es como solo instante hubiese transcurrido entre ambos.

Vista de la exposición Naty Abascal ¡y la moda! Museo Jumex, 2019 Ramiro Chaves

Conscientes de que muchos creadores son además sus amigos, nos gustaría saber no obstante cuál ha sido su modisto preferido y por qué

Oscar de la Renta y Valentino , sin que nadie de mis numerosos amigos se moleste por ello. A Oscar le conocí nada más llegar a Nueva York e inmediatamente nos hicimos amigos. Me ayudó desde el inicio y fuimos los mejores cómplices hasta el día que nos dejó. A Valentino le conocí en Nueva York también, exactamente en 1965. Empezamos a ir juntos a exposiciones y museos y al poco tiempo estaba desfilando para él en Roma. Desde entonces no nos hemos separado. Hay una simbiosis entre ambos, quizás sea la pasión y la curiosidad que los dos tenemos por todo, pero la realidad es que después de 50 años cada día nos sentimos más unidos.

¿Y quién ha sido el fotógrafo con el que más le ha gustado trabajar?

Cada fotógrafo es un mundo y te hace descubrir facetas de ti misma que solo su ojo y su cámara captan. Cada uno te pide que interpretes un personaje diferente, que te transformes en la mujer que ellos tienen en la cabeza. Norman Parkinson era la energía personificada, siempre lleno de vitalidad. Sus fotos eran sensuales, elegantes y te hacía sentir especial. Avedon es uno de los grandes de la historia de la fotografía. Todavía pienso en la portada que protagonicé para 'Harper’s Bazaar' al poco de llegar a Nueva York. Mi cara estuvo en todos los quioscos de la ciudad, algo inolvidable. Recuerdo que nuestro primer 'shooting' fue una historia en la que también estaban Liz Taylor y Maya Plisétskaya. De esa forma me estrené en el mundo de la moda. Avedon era un mago con la luz, tan brillante en estudio como en exteriores. Con él no hacías fotos, estabas interpretando un film. Mario Testino es otro de mis favoritos. Su alegría y su fuerza son contagiosas. Sus sesiones son como una fiesta en la que todo el mundo acaba participando y esa energía se puede palpar en sus fotos. Y un denominador común de los tres: su innato sentido de la elegancia. Y cuando hablo de elegancia no me refiero a un concepto anticuado y seguro basado en el 'buen vestir', me refiero a ese estilo imperceptible que crea un momento mágico a tu alrededor.

Usted siempre es elegida entre las mujeres más elegantes, en nuestro periódico y en otras publicaciones. ¿En qué cree que consiste su propia elegancia, además de en la posesión de un físico privilegiado?

¡Muchas gracias por su comentario sobre mi físico! Mi trabajo me cuesta mantenerlo, pero cuido mucho la alimentación, la piel, bebo mucha agua e intento dormir todo lo que puedo. Son recetas infalibles. La elegancia... la elegancia es una actitud, un gesto, una forma de tratar a las personas , una ética, ser coherente con uno mismo. Diana Vreeland decía «elegance is refusal» («la elegancia es rechazar elementos»), y creo que estaba en lo cierto. Es más difícil quitar que poner, pero a veces cuando reduces una imagen a la esencia, le quitas todo lo banal, lo superfluo, sale tu verdadera imagen, tu personalidad. Y quizás sea eso la elegancia, ser uno mismo, cultivar y ser fiel al estilo propio sin miedo a las críticas, sin miedo a arriesgar.

¿Cuáles son sus prendas fetiche, sus rituales al vestir y maquillarse, sus joyas favoritas?

Creo que una mujer necesita pocas cosas para estar siempre bien: un par de jeans, una camisa impecable, blanca a ser posible, un buen blazer, un vestido sencillo de corte atemporal, un trench. Con eso en una maleta puedes ir a cualquier parte, porque lo que realmente te permite la transformación son los accesorios . Unos buenos zapatos, un echarpe, un cinturón, unos brazaletes... ahí la imaginación no tiene límite y es con lo que tenemos que aprender a jugar, sin miedo, para proyectar la imagen que tenemos en la cabeza. Me encanta mezclar una joya con bisutería, lo importante es el efecto final. Yo, aunque no lo parezca, tardo pocos minutos en estar lista. Abro el armario, pruebo, apruebo y me voy a la calle. No pienso dos veces lo que me voy a poner. Maquillaje solo cuando la ocasión lo requiere, pero siempre una buena crema hidratante con protección solar, un sérum de última generación para la piel y un toque apenas perceptible de color en la cara.

Naty, Valentino y Giancarlo Giammetti en la casa de Giancarlo en Cetona (Siena) Archivos de Naty

¿Algún truco personal para ir más favorecida que nos quiera contar?

Ser feliz. Es algo que con la edad y la experiencia entiendes que es la clave para todo. Y mirarse al espejo y verse como uno es, no como le gustaría ser. La gente tiende a proyectar en ellos mismos la imagen de personas que ven en la televisión o en las revistas. Creo que eso es un error. Hay que ser siempre uno mismo. Cuando te sientes bien en tu propia piel , la imagen que transmites es siempre positiva.

¿Qué cree que le queda por hacer en el mundo de la moda? ¿Cómo ve el futuro post-covid en la moda?

Cada día aprendo algo nuevo. La moda cambia con los tiempos y es también un reflejo de los mismos. Me gusta ir con mi tiempo aunque eso a veces suponga sentirme fuera de mi zona de confort. Pero la moda siempre se está reinventando, es su razón de ser. Creo que nada será igual cuando acabe esta pandemia, pero sí creo que todos vamos a intentar ser lo más felices posible, divertirnos y recuperar el tiempo que nos han quitado. En una palabra, vivir.

Por último, ¿cuáles son sus proyectos más inmediatos una vez que salga el libro a la venta?

Seguir con mi colección de leisurewear que lancé poco antes de empezar la pandemia. Empecé con una colección de pijamas que se pueden llevar no solo en casa sino en la calle, combinándolos con otras piezas o como un total look. Esa colección ha ido evolucionando y veremos más cambios en breve. Es además unisex. Está siendo un éxito de ventas, no solo en España sino a nivel internacional. Y después habrá más proyectos, pero prefiero no revelarlos por el momento. Lo que sí puedo decir es que irán viéndolos a lo largo de este año.

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