La lechuguilla
Este adorno alrededor del cuello, tan español como antiguo, fue creciendo año tras año desde mediados hasta finales del siglo XVI
Este adorno alrededor del cuello, tan español como antiguo, fue creciendo año tras año desde mediados hasta finales del siglo XVI. Popularizado actualmente por los retratos de Felipe II , los cuadros de El Greco y la vida y milagros de Miguel de Cervantes , este cuello almidonado y blanco fue haciéndose cada vez más complejo. Confeccionado en lino o encaje plisado, se sujetaba con unas varillas de metal que permitían que permaneciese levantado alrededor de la cara, creando un efecto de bandeja que enmarcaba el rostro. Se prodigó entre ellos y ellas, llegando a portar en su radio pedrería o perlas cosidas. La lechuguilla, que a su parecido con la lechuga debe su nombre, otorgaba a su portador un aspecto imponente que reflejaba un alto nivel social, pues era una pieza difícil de mantener impecable.
Ridiculizada por Ruiz de Alarcón , por Quevedo e incluso por Cervantes, la lechuguilla siguió proliferándose por el extranjero, puesto que las modas circulaban entre las familias reales europeas como si de verdaderos influencers mundiales se tratase. Su uso se extendió a la Italia de los Médici, a la Francia de Enrique III , a la Inglaterra de la peculiar Isabel I -sedienta de modas extrañas e innovadoras - y por supuesto dentro de la misma corte de los Austrias en los Países Bajos y allende los mares.
Pero Felipe IV impuso una ley suntuaria que limitaba las opciones de vestido en el Reino y sustituyó la lechuguilla por la Valona, una suerte de cuello de encaje caído sobre los hombros que MiuMiu popularizó hace 9 años al incluirla en los uniformes de su equipo en la palaciega tienda de Bolonia. Valona y lechuguilla han protagonizado desfiles de Lacroix y John Galliano . Pero volviendo al siglo XVII, pronto llegaría la moda de la más discreta pero españolísima «golilla». Mañana más.
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