El eterno dilema de las camisas de manga corta

La percepción en torno a esta prenda del guardarropas masculino difiere según las latitudes. En el sur de Europa, la manga corta no está tan bien vista como en el norte

Una combinación ochentera que retrotrae a épocas poco gloriosas en la moda ABC
María Luísa Funes

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cada verano, casi con el puente de la Asunción, me llega el encargo de escribir sobre la camisa de manga corta para ellos, una prenda «maldita» y cómoda a la vez . Como si de las cangrejeras o la camiseta blanca de tirantes se tratase, su sola mención parece crear sarpullidos entre los más chic , y también -cómo no- entre aquellos que la llevaban hasta hace un par de años.

La tan traída y llevada idoneidad de la camisa de manga corta para los señores tiene un origen que no obstante es curioso conocer. Como los puños blancos , la aristocrática golilla española del siglo XVII o los tacones rojos de Luis XIV , la manga larga supuso en el siglo XX otro indicio de que su «usuario» llevaba a cabo -en el caso de llevar algo a cabo- trabajos de «guante blanco» que no requerían mancharse ni de polvo ni de sudor ni de barro.

Son los puños la parte más «frágil» del atuendo masculino, que requieren un cierto cuidado y hacen imprescindible limpieza y planchado extremos. Por lo tanto, su buen mantenimiento necesita una inversión en materia prima , cuidados y un buen servicio de plancha, elementos quizás más superfluos en la vida diaria de los hogares con menos recursos.

A 40 grados

De ahí viene que, especialmente en los países del sur de Europa, donde el calor hace acto de presencia en abundancia, la manga corta no esté tan bien vista en ellos, suponiéndose que se trata de un rasgo del vestuario que lo adapta a labores arduas alejadas del mundo de «guay» en el que todos quieren vivir. Por muy ridículo que pueda parecer, a 40 grados en el Puerto de Santa María en el mes de agosto, queda mejor en ellos una buena manga larga remangada. Cosas de la vida.

Y es que quizás en este siglo XXI tan abierto en unos aspectos y tan cerrado en otros, aún se analizan ciertos elementos del atuendo y de la vida diaria con una visión medieval . En un mundo que tiende hacia las camisas a medida, o bien hacia las camisetas y los polos, así como a las novedosas prendas elaboradas en tejidos técnicos, que ya incluso sirven para adelgazar, esculpir y evitar ese denostado y humano hecho de «sudar», el detalle de la camisa de manga corta quedará atrás como el símbolo de una época y recordará a los alemanes de turismo por la Costa del Sol , ya que en muchos países se considera simplemente una prenda para las «vacaciones», ya sea de cuadros o con palmeras. Pero en la retina de muchos, quedará la visión de las parejas de mormones con camisa blanca de manga corta y la Biblia en mano, que esperanzados recorrían, bajo un sol de justicia y de puerta en puerta, las casas de una España que los escudriñaba con risas tras la mirilla.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación