Dior escribe su penúltima página en la moda francesa

La marca parisina entra de lleno en el grupo LVMH gracias a la venta de acciones por valor de 12.000 millones emprendida por Bernard Arnault

MARÍA LUISA FUNES

Puede ser curioso que la raíz de un grupo se convierta en su última adquisición. Pero este es el caso de Dior. Cuando la gran empresa de Christian Dior llegó a término por la muerte de su fundador, fue Monsieur Bussac, el socio de Dior, el que se convirtió en el nuevo capo de la marca parisina. Hoy es Bernard Arnault el responsable de integrar la enseña de nuevo en el grupo LVMH a pleno pulmón.

Para los que han trabajado en el grupo LVMH, no había secretos: Dior era «le chouchou de la maîtresse»: en pocas palabras, el enchufado de la profe. En realidad, todo viene de la época de Luis XIV. Como siempre, dictaminó que las casas de costura francesas debían utilizar proveedores locales para evitar la importación masiva de telas procedentes de la China y la India.

Más tarde, fue Charles F. Worth el que inventó unas «normas del juego» para la costura parisina. Esto suponía un gran esfuerzo y una tremenda barrera de entrada para los neófitos en la moda. Las casas francesas se acostumbraron a idear y fabricar sus propios tejidos, dando lugar a interesantes confluencias de productores y diseñadores.

Cuando la familia Arnault comenzó en el mundo de la moda, lo hizo comprando una parte de la empresa de tejidos de Marcel Boussac. Boussac había retomado la casa Dior, y se ocupó personalmente de que un «recién llegado» como Yves Saint Laurent, no siguiera a cargo de la dirección creativa de la empresa. Socio de Christian Dior, Boussac se quedó con la marca, pero la familia Arnault, se hizo con una importante participación de Christian Dior. A partir de esa pequeña semilla en Dior, los Arnault fueron creando un imperio, comprando vinos, licores, marcas de moda, perfumes y accesorios. El más relevante accionista de la casa LVMH, propietaria actualmente de Louis Vuitton, Dior, Kenzo o Veuve Cliquot, entre otras grandes marcas, es Bernard Arnault, pero Christian Dior siempre ha sido su apuesta personal. Una marca que ayer, tras años de incongruencias, ha vendido a su propio grupo, LVMH, por 12.000 millones de euros.

En realidad se trata de una venta que estaba hecha, de un tema más financiero que otra cosa. Pero el hecho ha conseguido que los títulos de LVMH suban cerca de un 4% en un día y que la marca se revalorice. En realidad, ni Loewe, Moynat, Louis Vuitton, Fendi, Celine, Kenzo, Marc Jacobs, Thomas Pink, Nikolas Kirkwood, Emilio Pucci, Givenchy, Loro Piana o Berluti, entre otras grandes marcas, pudieron competir nunca con una enseña que lo era todo para el conglomerado. El arreglo actual, meramente financiero, une a Chistian Dior al cien por cien con la liga más potente del universo de la moda de alto nivel, aunque siempre lo estuvo. Ingeniería financiera.

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