SEMANA DE LA MODA DE PARÍS
El Barroco intelectual
La exuberancia de Dries Van Noten y la elegancia sesentera de Rochas marcaron la jornada
Lemaire hizo este miércoles su aparición con un desfile limpio y elegante, de siluetas fluidas y curiosos pañuelos en el cuello. Se mostraron sencillos abrigos y originales capas en tejidos monocolor. La poco conocida marca francesa está de máxima actualidad: el martes, el gigante de la moda low-cost japonesa, Uniqlo, anunció que ha encargado una colección a Lemaire.
Lemaire para Uniqlo llegará en otoño a las tiendas. Han proyectado crear una moda sofisticada pero cómoda, de líneas sencillas y colores básicos, parecida al desfile de ayer. Ese es el estilo que buscan los gerentes de Fast Retailing, la empresa matriz de Uniqlo. Los creadores tras la marca Lemaire son Sarah-Linh Tran y Christophe Lemaire. Lemaire retoma su propia casa tras su reciente salida de Hermès, donde era responsable de las colecciones de prêt-à-porter femenino. Un nuevo equipo apoyará el crecimiento proyectado a través de la nueva página de e-commerce y de una distribución con el doble de puntos de venta.
Pero, sin duda, la mejor colección del día fue la que presentó Dries Van Noten. Su estilo, un barroco intelectual con grandes mezclas, dista mucho del de algunos de sus minimalistas compañeros en los Seis de Amberes, un grupo de diseñadores que se formaron juntos en la prestigiosa escuela Hogeschool Antwerpen. De hecho, se le podría calificar como radicalmente opuesto al de Ann Demeulemeester o Dirk Bikkembergs. Durante el final de los 90 y el comienzo del nuevo milenio, el estilo minimal imperante mantuvo a Van Noten algo alejado del éxito comercial del que ahora goza. Sus boutiques, tan cuidadas y sofisticadas como sus colecciones, son un paraíso pleno de estanterías de madera y mobiliario de terciopelo. Se podría decir que Dries invita al cliente a su propia casa. Esta es la sensación, especialmente en la tienda inicial del Quai Malaquais de París, frente al Sena.
La colección de Van Noten de ayer destacó por su exuberancia. El sofisticado corte de sus prendas denota su eterna relación con la sastrería. Su abuelo y su padre ya poseían sastrería y tienda. El desfile contaba con increíbles superposiciones de prendas en seda, terciopelo, tejidos acolchados, lana y pieles. Dries presentó magníficos abrigos en tejidos brocados de gran originalidad. Combinó con maestría los colores, incidiendo en la mezcla del tono mostaza con el rojo vino. Y es que, en realidad, el ecléctico barroquismo de sus prendas y sus tiendas le permite vender en todo el mundo sin publicidad.
Rochas desfiló con su habitual estilo años 60, presentando una colección con piezas que se acercaban a la demi-couture. Los imponentes abrigos de paño adoptaban la silueta en forma de A, tan clásica de esa década. Las versiones en amarillo, chocolate y gris fueron un elenco envidiable de abrigos intemporales pero con marcado carácter. Las chaquetas y los vestidos iban ceñidos en la cintura con anchos fajines de color negro. Las femeninas lazadas al cuello y las gaviotas impresas de los últimos modelos estaban inspiradas en las colecciones de 2010-2011 de MiuMiu, la marca fetiche de Miuccia Prada.