SEMANA DE LA ALTA COSTURA DE PARÍS
Chanel en un jardín mecánico y la delicadeza intemporal de Armani
La jornada de ayer alternó buenos diseños con desfiles en los que el espectáculo no defrauda
A los desfiles de alta costura se les pide que ofrezcan prendas creativas e impecables. De no ser así, al menos el público espera que ofrezcan un buen show. Chanel, desde hace varias temporadas, se enfoca en crear un show monotemático en torno al cual gira la ropa. En pasadas ocasiones se han recreado un supermercado o una manifestación callejera ; ayer se trataba de un jardín ficticio, con plantas mecanizadas y colores fuertes. Las modelos daban vueltas alrededor del parterre central en el interior del Grand Palais, mezclándose en una colorista confusión total al final del desfile.
Si bien Lagerfeld ha respetado varias claves eternas de la casa Chanel, también ha innovado mucho en otros aspectos. El tradicional tweed, los remates en otro tono, los bolsillos rectos y la profusión de chaquetas eran muy de la casa. En cambio, sorprendieron los colores fuertes, poco sutiles. Fueron novedad las faldas mini de corte ligeramente evasé, con un largo poco favorecedor . Se alternaban con estrechas faldas maxi en tweed o muselina. Poco usuales han sido los tops, que mostraban el ombligo al aire. Los botines estrechos de media caña, maravillosos para unos pantalones pitillo , no combinaban con ninguna falda; modernidades para dar que hablar.
Los sombreros y los tops iban a menudo cargados de flores bordadas y apliques de colores, más propios de trabajos escolares de pretecnología de los años 70 que de este siglo. Suponían un detalle divertido, pero cansino . Los vestidos largos, en cambio, han dado verdaderas lecciones de estilo. Y Kendall Jenner, la nueva favorita de Lagerfeld, barrió con su belleza y juventud.
Bouchra Jarrar lleva pocas temporadas pasando en la alta costura de París, pero se ha consolidado rápidamente. En su desfile predominaba el blanco y el negro, el cuero, los pantalones y la ropa de sport. La alta costura no se hace con colecciones de vestidos de noche exclusivamente , sino con prendas hechas a mano destinadas a varias horas del día.
Stephane Rolland arrasó con la elegancia de sus vaporosos vestidos. Cortes generosos, metros y metros de tela, prendas con movimiento y dominio del blanco, el negro y el plata . Una enorme falda-pantalón blanca con capa integrada hizo reinar a Nieves Álvarez, fiel a los desfiles de Rolland.
Armani, todo delicadeza, volvió a repetir su estilo. Como dice el maestro de Piacenza, no está en el negocio de la moda para disfrazar a nadie. Muy sutil, con su elegancia intemporal, presentó modelos en una paleta de verdes suaves, blanco roto y tonos dorados. Las chaquetas, en tejidos gruesos, llevaban escote tipo Mao , el habitual en la casa. Las mangas estrechas se alternaban con impecables mangas japonesas. Las faldas en muselinas de dibujos suaves se coronaban con cinturones-lazada que recordaban al Yves Saint Laurent de hace décadas.
Romántico Valli
La noche del lunes, sorprendió un fructífero Giambattista Valli. El creador romano derrocha creatividad. Su colección, amplísima, presentaba prendas de todo tipo, siempre con un toque muy femenino. No en vano, va conquistando a pasos agigantados a la clientela de la alfombra roja de Hollywood . Abundaron los tutús, los vestidos cortos en encaje, con bordados de flores o con capas de tul superpuestas. Los vestidos largos, irresistiblemente cinematográficos, se combinaron con abrigos de piel. Valli presentó mil alternativas para asistir a una entrega de premios: desde vestidos rectos en viscosa, de gran caída , a voluminosas faldas de menina en tejidos brocados o pantalones con brillo, acompañados de enormes capas de tul; el sueño en colores pastel de la Barbie del siglo XXI.