Guardarropa para las cenas de Navidad

Atrás quedaron los tiempos en que ellas acudían a las fiestas de Navidad y fin de año con vestidos de moiré, volantes, terciopelos, lazos y demás adornos: se convertían en la viva imagen de un regalo empaquetado o, en su defecto, de un árbol de Navidad. Pasada ya también la era del minimalismo monacal, ahora se trata de vestir de un modo adecuado a la ocasión, teniendo en cuenta lo que más favorece a cada una. Aquí van algunas propuestas, para que sirvan de inspiración.

1 El conjunto de pantalón negro. Nada es más versátil y socorrido en las noches festivas que un smoking negro para mujer o un conjunto de pantalón y top del mismo color. Se puede llevar en una cena familiar, en una cena especial e incluso -estirando la cuestión- en una cena de gala. Mezclados con zapatos de salón o sandalias-joya, son una combinación ponible y ganadora. En la imagen, una versión más moderna: «jumpsuit» negro de Gucci, en Net-a-Porter.

2 Un vestido de cocktail. Corto y sofisticado. Dorado, negro, blanco y negro, con paillettes, muselinas o telas delicadas es la estrella de las noches de Navidad. Combinado con sandalias o zapatos de salón y pochette de mano, es la opción más segura. Se puede combinar con una rebeca en punto de seda, si se quiere quitar importancia a la prenda; o con una capa, para darle un toque de más seriedad; o bien acompañarlo de una estola de pieles, para un efecto más sofisticado y rompedor. En estos meses de invierno, la mejor alternativa son los vestidos de cocktail de manga larga sin un escote excesivo, porque el protocolo siempre tiene la lógica de las temperaturas in mente. Es la opción ideal para una cena muy formal fuera de casa o para el fin de año en un club privado. Este modelo de Annalisa, a través de Net-a-Porter, lleva lentejuelas metálicas y un corte recto muy sobrio.

3 LA TÚNICA. Muy popular en las fiestas de los años 50 y 60 en Europa, en el Oriente Medio desde siempre y en las cenas de Saint-Tropez de los años 70, la túnica reconquista territorio y se convierte en parte del guardarropa femenino habitual. Aunque las prendas largas sean siempre las más «vestidas», el sencillo corte de túnica, con su escote y unos materiales habitualmente sencillos, da un efecto menos «arreglado» que otras alternativas de vestidos largos. Ideal para una fiesta en un crucero o una cena de gala. En la fotografía, la túnica Sabrina en georgette de seda stretch de Tory Burch.

4 SANDALIAS JOYA. Las sandalias ya no son únicamente para el verano. Hace más de una década que en el Reino Unido, Estados Unidos y París se utilizan en cenas y fiestas celebradas en invierno. Los interiores suelen estar muy bien acondicionados y permiten llevar sandalias todo el año. Su diseño ha evolucionado mucho, en cuanto a ergonomía, variedad y riqueza de detalles. Muchas sandalias son verdaderas obras de arte, capaces de dar luz a un atuendo aburrido. Van bien con trajes-pantalón, vestidos de cocktail o túnicas. Este modelo es de Jimmy Choo con acabado en lamé con textura.

5 Minaudière. El bolso joya con estructura metálica interior se dice que fue creación de los joyeros Van Cleef & Arpels. De moda en los años, 30, 40 y de nuevo en los 80, la minaudière ha vuelto al armario femenino como lo que es: el tipo de bolso más sofisticado que existe. Con poca cabida, es un bolso ideal para cenas de gala, aunque va muy bien con el smoking negro de mujer. Forrado de piedras, tejidos, marfil, concha o brocados, es un broche final impecable para las noches de fiesta. Minaudière de Lanvin en cuero y tachuelas plateadas y de cristal.

6 «Charcutería» fina. Para completar el atuendo de las cenas de Navidad, nada mejor que un detalle «importante» de bisutería, oro o plata. Brazaletes étnicos, collares de gran tamaño, broches originales o pendientes vistosos serán la guinda del pastel para completar un look especial, ya sea de vestido, pantalón o túnica. En la imagen, brazalete en oro de Hervé Van der Straeten.