FEDERACIÓN DE CRÍTICOS ANÓNIMOS
Las mejores olas
Las Rejas (Bolonia, Tarifa)
Muchos restaurantes se esfuerzan por crear un ambiente especial que complete la experiencia de la comida. Escogen la música, manteles, cuadros, plantas, incluso los olores. Como si esto de comer fuera una corriente artística moderna que en algunos casos se acerca bastante y se agradece. Pero lo que sí es un arte es comer bien, a gusto sin apabullar los sentidos, conseguir que el placer sea el justo.
Pocos sitios hay tan propicios para sentirse en paz como la playa de Bolonia. Lo que en verano es un hervidero de turistas ansiosos por pisar el paraíso, en estos días vuelve a ser un edén de veras. No importa que haga frío si a nuestras temperaturas de otoño se les puede llamar así; que haga viento o que no haya más que hacer que pasear por la playa o por las ruinas de Baelo Claudia .
Eso sí, hay que comer porque es una necesidad básica y además hay que hacerlo bien. Acostumbrados a grandes decoraciones, Las Rejas pasa en un primer momento desapercibida , aunque su ubicación es la de la casa que todos quisiéramos tener. Recientemente han cambiado su aspecto, y han conseguido que sea un lugar acogedor y con mucha luz gracias a la cristalera del comedor.
La comida, sin embargo, no ha cambiado. Como en la pesca solo manda la mar, no siempre tienen todos los pescados que aparecen en la carta. Pero es seguro que los que están en la vitrina merecen la pena. Dentro de los entrantes, sirven otro gran descubrimiento de la gastronomía, el atún en manteca; un plato muy sencillo pero delicioso cuando se ejecuta y se respeta como aquí. Lo acompañan de pimientos asados y dan las pautas para degustarlo : pan, manteca, atún y pimiento, en ese orden.
Las tortillas de camarones, que son algo que también parece muy obvio, son las auténticas, con harina de garbanzos. No hay que dejar de probar las croquetas de choco con su tinta, que de nuevo son lo que se espera, nada menos, caseras de una vez y con el ingrediente principal como protagonista indiscutible. Luego, un arroz de marisco.
Para los arroceros no hay arroz malo pero el punto que le dan en Las Rejas es el exacto, ese tan ansiado e infrecuente. Así como la cantidad de pescado y verduras que no deben apabullar. Una de las mejores cosas que pueden suceder con una paellera es arrastrar el cubierto y que todo lo que se lleve por delante sea arroz , con algún leve y sabroso aderezo. Nunca en la proporción contraria.
Los postres también son caseros. Poca variedad pero sin artificios, sencillos y buenos. El flan de turrón y una tartita de limón fuera de carta, son la antesala perfecta para un paseo por la playa. Para empezar a pensar en cuándo volver.
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