Aunque ha protagonizado alguna que otra polémica por sus muchas excentricidades, como la construcción de un sarcófago de 15 millones de euros en el que descansarán sus restos, Margarita de Dinamarca siempre ha gozado de popularidad y del cariño de los ciudadanos. Se casó el 10 de junio de 1967 en Copenhague con el Príncipe Henri de Laborde de Monpenzat. Llegó a la Iglesia del Holmen del brazo de su padre, el Rey Federico IX. Fue en 1972 cuando fue proclamada Reina en el Palacio Amalienborg, la residencia de la Familia Real danesa en Copenhague. En la imagen junto al primer ministro Jens Otto Krag. Miles de ciudadanos se agolparon a las puertas de palacio mientras que la recién proclamada Reina Margarita saludaba en el balcón, en 1972. El matrimonio tuvo dos hijos: Federico y Joaquín. En la imagen, que data de 1969, la Reina Maragarita y su marido junto a los pequeños. Enrique de Dinamarca siempre fue el príncipe que quiso ser rey. Durante años luchó por el título de rey consorte que nunca consiguió. «Si quiere que me sepulten con ella, debe hacerme rey consorte, eso es todo», llegó a decir en una entrevista. Esto provocó varias tensiones en la pareja, pese a lo mucho que se querían. Con 81 años y 49 años ejerciendo como príncipe consorte se retiró de la vida pública. Dos años más tarde falleció como consecuencia de una neumonía, aunque llevaba años sufriendo demencia. El matrimonio tuvo dos hijos, Federico y Joaquín, y ocho nietos: Nicolás, Cristian, Félix, Isabel, Atenea, Vicente, Josefina y Enrique de Dinamarca. Retrato familiar. El Príncipe Joaquín en 2008, junto a su mujer, Marie Cavallier, y sus hijos Félix y Nicolás, frutos de su primer matrimonio con Alejandra de Frederiksborg, de la que se separó en 2005.