Vicky Martín Berrocal, tras superar el Covid-19: «Soy verdad e inmune»
La diseñadora ha regresado más fuerte que nunca y conversa con ABC sobre las labores de su taller con los sanitarios y sus sentimientos con respecto al pasado de sus padres
« Soy verdad. Soy verdad e inmune », con estas palabras la diseñadora y colaboradora de televisión, Vicky Martín Berrocal , da la bienvenida a sus invitados en una suite de hotel rodeados de duchas para presentar el nuevo producto de Michisent, « Llorona ». Entre salpicaduras y toallas, la socialité ha confesado a ABC que se encuentra en un momento personal lleno de mucha ilusión y alegría , con constantes viajes desde su nuevo hogar en Portugal, donde comparte su vida con su pareja, el empresario portugués João Viegas Soares , hasta Madrid donde vive su hija, Alba Díaz Martín (20 años).
En definitiva, ha sido un año dispar para Martín Berrocal, quien, en « El Show de Bertín », en Canal Sur, habló sobre su prolongada ausencia de los medios debido al coronavirus.
«Un día, trabajando, me hice la PCR y para mi gran sorpresa di positivo en coronavirus. Fue muy difícil, porque no podía estar con los míos. Pero en ese momento me di cuenta realmente de la gravedad de la situación para aquellas personas que no tienen los recursos necesarios», comenta la diseñadora a ABC. A pesar de no haber sufrido graves síntomas, Berrocal se dio cuenta de las consecuencias que puede tener la enfermedad a nivel psicológico: «No estamos acostumbrados a sufrir estando lejos de nuestras familias. Psicológicamente es duro. Tenemos que ser conscientes y muy responsables. Muchas veces culpamos a los jóvenes, sí. Ellos no son inmortales. Pero tengas la edad que tengas, de una forma u otra sin saberlo, puede tocarte a ti y hay que cuidarse . Cuando lo pasé, no me faltó nada. Pero sí me entristeció no poder abrazar a mi familia».
¿Es cierto que cambió su taller de costura para fabricar batas para los sanitarios durante la pandemia?
Logré ver la realidad de los hospitales, pero lo que me llamó a ayudar fue ver a un sanitario hacer una bata con una bolsa de basura. Eso está mal. Cuando la vida me ha tratado tan bien y me ha dado tanta satisfacción, no pude quedarme quieta. Tuve que avanzar con mi equipo. No lo pensamos. Nuestro taller está lleno de tejidos. Gracias a la televisión y las redes hicimos llamamientos y empezamos a trabajar. Era duro porque recibimos peticiones por parte de muchos sitios, pidiendo ayuda. Pidiendo material. Fue mucho trabajo, me hizo bien poder ayudarles. Muchos lloraban porque la situación era realmente desesperante, pero con la ayuda de todos lo logramos. Esas batas fueron mi mayor trabajo , mi mejor colección.
A pesar de la crisis, ¿cómo ha logrado sacar su marca Victoria adelante?
Al principio arranque con una moda del sur. Una moda flamenca. Esto lo aparté y me enfoqué en Victoria. Una nueva línea adaptada a todas las edades, todas las tallas, para cualquier tipo de mujer. Siempre me preguntan hasta qué talla visto a mis clientas, y a mí me da igual la talla que tengas. Seas como seas, siempre voy a estar ahí para vestirte. Yo he pasado muchas tendencias, me da igual lo que se lleve porque siempre he querido embellecer a la mujer. Me gusta hacer sentir a la gente guapa y segura de sí misma. La mujer que entra por la puerta de Victoria no existe para ella una excusa . Con la crisis hemos cambiado muchas cosas, nos hemos enfocado en la necesidad. Hemos creado mascarillas, batas, trajes, colores alegres, todo tipo de piezas adaptables para cualquier tipo de persona.
¿Qué fue lo que más le afectó cuando padeció Covid-19?
He sido una privilegiada en mi vida. El Covid-19 llegó y no puedo quejarme en lo más mínimo. Ojalá todos hubieran tenido los síntomas que he tenido. Yo he estado bien, tuve síntomas leves: pérdida de olfato, fiebre y dolor en las piernas . Ríete de lo que yo pasé en comparación a otros. Nunca me quejé. Pero fue duro para mí sentirme sola, no estar sola. Entendí como se puede sentir el que crucé la puerta de un hospital. Me metí en el pellejo del otro, cosa que me enseñó mi padre. Cuando tienes covid, vives algo que te hace ser más consciente. Es la enfermedad que te prohíbe abrazar a los tuyos cuando te encuentras mal . Te excluye porque estás dentro de una pecera, a la vez que el que está fuera contigo quiere entrar a cuidarte. Te asustas y vivir con miedo te limita.
Habla usted mucho de su madre, ¿qué es lo que más admira de ella?
Mi madre es señora. Es una mujer entregada, todo le viene bien porque es capaz de adaptarse a todo. A todas las circunstancias de su vida. A la buenas y a las malas. Es generosa, paciente, es muy humana. No pide nada y no quiere nada. No molesta. Es una mujer que me ha enseñado muchas cosas. Ella no pierde nunca su posición, nunca pierde su sitio. Lo vi en su día con mi padre y con muchas otras circunstancias, y me hizo ser valiente. Me inspiró. Ella es mi mayor referente .
En el programa de Bertín Osborne, «Mi casa es la tuya». Usted compartió muchos aspectos de su vida personal. Entre ellos, su hermana «secreta». ¿Por qué sintió la necesidad de hablar acerca de las relaciones de su padre?
Nadie me obligó a contar nada. Bertín se sentó y no sabía ni siquiera la bomba que iba a lanzar . Su programa es un lugar donde yo siempre me he sentido cómoda. Conté mi vida. Mi verdad. Mi historia. La vida de mis padres. Las relaciones de mi padre. Y no es porque sea ni mejor ni peor, lo conté porque es mi vida. Y lo conté con naturalidad, con un sentido de humor que siempre me ha caracterizado. Yo no te puedo contar una tragedia . Si tu me escuchas igual para ti es una tragedia. Pero para mí es mi vida. Después de la emisión del programa no hubo un ser humano que me hiciera sentir mal. Aparecieron viejos amigos, gente que tenía años sin ver. Es muy complicado que un programa así, donde has contado, tanto la gente te abrace de tal forma. Yo solo quería contar mi verdad, la de mi madre . Contarlo me llevó a su verdad y la de mi padre, porque esa fue su decisión. Yo la acepté, porque siempre acepto la vida y sus circunstancias.
