Las vacaciones de Navidad más difíciles para las Infantas
Doña Elena cumple 57 años convertida #en el principal apoyo de Don Juan Carlos
Las familias españolas se enfrentan estos días a resolver el sudoku en el que se han convertido las mesas de Nochebuena y Navidad, debido a las restricciones en el número de comensales para prevenir los contagios de Covid. También la Familia Real se someterá a estas limitaciones, ya que en La Zarzuela, desde que estalló la pandemia, se cumplen las recomendaciones sanitarias a rajatabla. Por lo tanto, Don Felipe , Doña Letizia y sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía , deberán turnarse y, si en Nochebuena cenan con Doña Sofía y la Princesa Irene, en Navidad almorzarán con la madre de Doña Letizia.
Todas las familias quieren evitar que algún miembro se quede solo en unas fechas tan señaladas. Pero para las Infantas Doña Elena y Doña Cristina hay dificultades añadidas, ya que ambas quieren atender el deseo expresado por su padre de pasar estas fechas navideñas con sus hijas.
Para ellas, todo habría sido más sencillo si el Rey Don Juan Carlos hubiera podido viajar, ya fuera a Madrid o incluso a Ginebra, pero la decisión de su padre de permanecer en Abu Dabi, con el argumento de que quiere evitar riesgos de contagio, las ha obligado a replantearse las fiestas apenas una semana antes de Nochebuena. Ahora, la única opción es que una de ellas o ambas, con o sin sus hijos, se desplace hasta el emirato árabe para acompañar a Don Juan Carlos.
Sin embargo, la Infanta Doña Cristina tiene otra dificultad añadida: conciliar las vacaciones, el deseo de acompañar a su padre y los viajes con los permisos penitenciarios de su marido, Iñaki Urdangarin, que además se encuentra en cuarentena tras haber mantenido un contacto directo con un positivo de Covid durante su labor de voluntariado en un centro de Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Urdangarin, aislado
Urdangarin está aislado desde el pasado 10 de diciembre, por lo que su cuarentena terminará mañana, domingo. Después de un año especialmente difícil por la pandemia, en el que se han llegado a suprimir las visitas a las cárceles y los permisos de los presos, Urdangarin, que ya lleva dos años y medio en prisión (de una condena de cinco años y diez meses), podría empezar a recibir buenas noticias la próxima semana.
El tercer grado
Además del permiso largo que le corresponde por Navidad, se espera que Instituciones Penitenciarias le conceda finalmente el tercer grado, un asunto que está pendiente de resolver desde el pasado 26 de noviembre, cuando lo pidió por unanimidad la Junta de Tratamiento de la cárcel de Brieva.
El tercer grado será el mejor regalo de Navidad para la Infanta y su marido, ya que supondrá que Urdangarin podrá salir de la cárcel todos los fines de semana y disponer de 48 días de permiso al año. Además, tendrá la opción de pedir traslado a otro centro penitenciario, por ejemplo, el de Vitoria, para permanecer más cerca de su familia.
Lo que no puede hacer Urdangarin es viajar fuera de España, por lo que no podría trasladarse a Abu Dabi a celebrar la Navidad con Don Juan Carlos. Las circunstancias personales de la Infanta Cristina sitúan, por tanto, a Doña Elena en una situación mucho más favorable para trasladarse a Emiratos Árabes.
La Infanta Elena cumplirá mañana 57 años y lo hará convertida en el principal apoyo de su padre, con quien comparte aficiones y sentido del humor. Además, sus hijos, Felipe y Victoria Marichalar , son muy cariñosos con Don Juan Carlos. Otro motivo de preocupación de Doña Elena es la campaña de acoso que está sufriendo su hija por parte de determinados medios de comunicación, que están siguiendo con Victoria la misma estrategia de atosigamiento que en su día emplearon con Telma , la hermana de Doña Letizia. El argumento con el que justifican el acoso es que Victoria se ha saltado en ocasiones el toque de queda o las medidas de confinamiento, lo que tampoco es un comportamiento ejemplar.