El último golpe de guion de José Luis García Berlanga: arroces de cine
Su nuevo restaurante en Madrid rinde homenaje a las recetas levantinas. Desde el jueves ofrecen servicio a domicilio
Acaba de entrar en casa y justo antes de ponerse a preparar unas lentejas, atiende la llamada de ABC. José Luis García Berlanga, el primogénito del genio del cine español , ha pasado toda la jornada con el delantal bien ceñido frente a los fogones de su nuevo restaurante, en el último golpe de guion que le ha deparado la vida. Como buen valenciano, atesora una mano virtuosa para cocinar arroces con los que deleita los paladares de familiares y amigos como Miguel Bosé o Fernando Colomo y de clientes que desde el pasado jueves (día en que se realiza esta entrevista) pueden recibirlos en sus casas. « Abrimos Berlanga: arroces de cine a mediados de febrero y por la situación que vivimos, hoy hemos empezado con el servicio de delivery. Ha ido bastante bien. El arroz que más acogida ha tenido es la valenciana porque he hecho una oferta, de valenciana con croquetas y ensaladilla. También mucha a banda y del senyoret. Algún cliente me ha llamado aliviado, porque por fin ha dejado de poner lavadoras y cocinar», declara en referencia al estado de alarma que vive nuestro país por la progación del coronavirus.
José Luis trabajó muchos años mano a mano con su padre Luis García Berlanga y acabó contagiado por su arte. Su carrera ha estado ligada al mundo audiovisual, al cine, la publicidad y la televisión, pero ahora se atisba en sus palabras cierta desidia. «Ya no tengo ganas ni humor para seguir luchando y buscando financiaciones. Estuve cuatro años intentando hacer una serie de la vida de Cervantes, me dejé el dinero y no salió. Mi familia ya estaba harta. No solo por el dinero, sino por lo que cuesta hacer las cosas. Empecé a cansarme. Hice una peli, pero tardamos dos años... La curva de declive del cine me llevó a encargar un plan de negocio de los arroces en Madrid y nos lanzamos».
Su madre, María Jesús Manrique, brilló como una magnífica cocinera. «Ahora tiene 90 años y ya no cocina. Ella dio clases de arroces en la escuela Alambique. Cuando lo dejó, Clara María Amezúa me convenció para que siguiera yo y así lo hice». A su padre también le perdía la buena mesa. «Le gustaba comer, pero no sabía hacerse ni una tortilla francesa. Como todos los hombres de esa generación. Nosotros éramos cuatro chicos; Jorge cocinaba muy bien, Carlos se hacía sus inventos al vapor y mi hermano Fernando también cocina muy bien».
Carlos Berlanga, cantante, compositor y figura clave de la Movida Madrileña, falleció en 2002 a los 42 años. Su hermano Jorge, escritor y columnista, también se fue demasiado pronto a los 52, en junio de 2011, tan solo siete meses después del adiós del cabeza de familia. « Por desgracia han muerto dos hermanos, mi primera mujer y muchos amigos. Después de la Guerra Civil fuimos la generación con más bajas probablemente. Nos tocó la libertad, la disfrutamos plenamente pero sin ser conscientes de los peligros que había entonces como las drogas, el sida, la hepatitis C... No había información, se pagaron las consecuencias».
José Luis mantiene muy vivo el recuerdo de su familia. El próximo año se cumple el centenario del nacimiento de su padre (1921) y ya está inmerso en la preparación del Año Berlanga . «Íbamos a pedir una audiencia con el ministro pero ahora se ha parado, hay mucha gente detrás preparando libros, actos, películas... El legado de mi padre se va a quedar no solo en el cine, sino en la cultura española». De toda su obra, él se decanta por «Plácido». «Como cineasta es perfecta, no tiene un momento que desfallezca, es una película redonda».