GENTE
Trump pondrá dos muros en su resort de Irlanda
El complejo de Doonberg recibe una autorización para levantar dos barreras marinas que impidan que las mareas extremas dañen el campo de golf

En este caso no se trata de poner puertas al campo, sino de levantárselas al mar. Y como el protagonista de la noticia es Donald Trump , ya está el lío montado a nivel internacional. El resort de lujo que la compañía del presidente norteamericano posee en Irlanda, el Trump International Golf Links Doonbeg , ha recibido autorización para levantar dos barreras marinas que impidan que las mareas incontroladas destruyan su campo de golf. Al estar construido en un terreno arenoso, las típicas dunas en las que se asientan los recorridos tipo links , la erosión del agua está poniendo en serio peligro el estado de los hoyos más cercanos a la costa.
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El cambio climático es un problema que afecta especialmente a los campos que están en primera línea de playa, como le sucede al cántabro de Oyambre , que están viendo cómo el mar se va comiendo sus hoyos con el paso de los años . Y en el caso de Doonberg, el proceso parece inminente. «Desde que llegamos en 2014 se han perdido veinte metros de playas y dunas», afirma Eric Trump, hijo del mandatario y actual representante de su emporio empresarial. « Mi familia ha invertido casi 60 millones de dólares en este resort y le tenemos un gran cariño, por eso buscamos preservarlo y mejorarlo».
Rocas submarinas
A diferencia del polémico muro de la frontera mexicana , de hormigón y alambre, la separación en Irlanda sería con dos líneas de rocas de casi un kilómetro de longitud y de 38.000 toneladas de peso . De esta manera conseguirían evitar que el mar de Irlanda, influido por las corrientes árticas, continuara degradando la costa. De todas formas, todo este esfuerzo puede ser baldío , pues «en unas décadas el nivel del mar habrá subido entre medio metro y un metro –señala el experto Robert Devoy–, por lo que es posible que, incluso con la barrera, toda la zona quede inundada en el futuro».

Además de la catástrofe medioambiental , las pérdidas económicas para el entorno pueden ser enormes. «Los visitantes quieren encontrarse un campo en perfectas condiciones ; de no ser así no se alojarán en el hotel y se acabará el turismo aquí», advierte Trump hijo.
Los ecologistas, por su parte, no le dan tanto valor al desarrollo del condado de Clare como al hecho de « dejar que la naturaleza cumpla con su ciclo –afirma Eamon Ryan, del Partido Verde–. Sabemos que peligran muchos puestos de trabajo, pero hay que trabajar con la naturaleza y no tratar de controlarla». La polémica está servida.