Treinta días menos de cárcel por cada libro publicado

Escribir se ha puesto de moda entre los presos rumanos, dados los beneficios que conlleva. Pero no siempre se juega limpio

Algunos libros escritos por presos ABC

José Pablo Jofré

Podría ser «poesía entre rejas» . Pero no. Los títulos son «Alianzas matrimoniales en la política de los príncipes rumanos de Valaquia y Moldavia» o «Franquicias versus Gestión en la industria hotelera». Y pertenecen a «escritores emergentes» rumanos . En concreto, a políticos y empresarios que cumplen condenas por corrupción en cárceles de su país. Escribir libros se ha puesto de moda entre los reclusos, gracias a una norma penitenciaria única en Europa: la reducción de hasta 30 días de cárcel por cada libro publicado. La ley se remonta a la era comunista y estaba dirigida a los intelectuales encarcelados que no eran aptos para el trabajo físico.

Pero todo juego tiene sus reglas: se debe presentar una solicitud a la administración penitenciaria y esta decide . Aunque la única condición es que los libros sean de contenido académico o científico -no ficción- y sean publicados por una editorial reconocida por el Ministerio de Educación. Así, ya hay cientos de libros sobre temas tan variados como fútbol, bienes raíces, religión o piedras preciosas, escritos sin ayuda de internet y, muchas veces, sin disponer de una mesa en la celda. La noticia acerca de un libro de 212 páginas escrito en siete horas no ha hecho más que aumentar las sospechas que estos textos son plagios o están escritos por ghostwriters o escritores fantasma.

El escritor entre rejas más activo es el expropietario del club de fútbol Rapid de Bucarest, el empresario George Copos , que cumple una condena de cuatro años por evasión fiscal. Gracias a obras sobre historia rumana y economía su pena ha sido reducida en cinco meses. Lo confirma su abogado Ion Cazacu: «Si escribes uno, dos o tres títulos, entonces tu pena se reduce en 30, 60 o 90 días». Ante la reciente avalancha de publicaciones, han surgido disputas entre la Fiscalía anticorrupción y los centros penitenciarios que tienen la potestad de aprobar la reducción de las condenas. A lo que responde Cazacu: «Ha habido casos en los que un fiscal se ha opuesto, pero el juez ha aplicado la ley al mostrar que resulta correcto que el preso en cuestión se pueda beneficiar de la rebaja».

Escritores emergentes

A diferencia de la actual productividad literaria en cárceles rumanas, hace ocho años se registraban apenas una veintena de libros escritos entre rejas. Hoy en día, todos los presos, independientemente de la naturaleza de su crimen, pueden en teoría beneficiarse de esta ventaja penitenciaria que no contempla ningún límite de obras que se pueden publicar. U no de los beneficiados por esta ley es el magnate de medios de comunicación Sorin Ovidiu Vantu , quien diseñó un esquema piramidal fraudulento que ahora ha descrito con lujo de detalles: cómo enriquecerse a punta de estafa gracias los vacíos legales tras la caída del comunismo.

Otros tres escritores emergentes son el ex primer ministro socialdemócrata Adrian Nastase , condenado por financiación ilegal de su partido en 2012 y por soborno en 2014; Gica Popescu, antiguo capitán del F.C, Barcelona, ahora en libertad tras un año y ocho meses en prisión por fraude fiscal y blanqueo de capitales; y el excéntrico propietario del Steaua Bucarest, Gigi Becali, quien ha dado rienda suelta a su pasión por la escritura con un libro sobre espiritualidad cristiana ortodoxa. La fiscalía investiga ahora si los presos ricos están pagando a profesores universitarios -a los que se requiere aprobar el tema de sus libros- o a otras personas para que escriban los libros en su lugar.

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