Todas las luchas sociales y políticas de Richard Gere
Desde los años 90, es el adalid en Hollywood de las misiones más justas y nobles, sin importarle las consecuencias
Más allá de sus verdaderas intenciones -hipocresía disfrazada de altruismo, dirán algunos; verdadero compromiso, argumentarán otros- una buena nómina de celebridades que despuntaron entre finales del siglo XX y principios del XXI emplean su fama para incomodar a los Gobiernos, al tiempo que utilizan su brillo de rutilantes estrellas para «iluminar» y prestar su voz a los desamparados. De entre todas, Richard Gere es la que brilla con más fuerza y quizás antes que ninguna otra: fue el galán por excelencia de los 80, el más sexy y el mejor pagado... y en los 90 se construyó, con palabras y hechos, la imagen de famoso entregado a causas sociales y políticas incómodas, aunque necesarias.
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La iniciativa de Gere de subirse a bordo del barco de la ONG española Open Arms -la pasada semana-, que lleva doce días navegando por aguas del Mediterráneo con 160 inmigrantes a bordo a la espera de autorización para desembarcar en algún puerto, puso los pelos de punta a Matteo Salvini (46), ministro italiano del Interior. El ultraderechista líder de la Liga, al ver las imágenes del actor estadounidense echando una mano a la tripulación del barco y departiendo con los inmigrantes rescatados a la deriva, le lanzó un dardo envenenado. «Nadie me dijo que viniera -había explicado previamente Gere a propósito de su llegada al Open Arms-. Vine de forma espontánea. Estaba pasando las vacaciones con mi familia cerca de Roma y después de que se aprobara la ley antiinmigración, una ley que nadie se podía creer, decidí visitar el barco de la organización Open Arms, que conocí hace unos años en Barcelona». Y Salvini no tardó en darle réplica: «El generoso millonario anuncia su preocupación por los inmigrantes del Open Arms, se lo agradecemos: que lleve a Hollywood, en su avión privado, a todas las personas a bordo para meterlas en sus mansiones», largó.
Vetado en China
Salvini no ha estudiado la vida de Gere , un tipo capaz de enfrentarse al gobierno Chino sin inmutarse ante las consecuencias. Así, caminó sobre la alfombra roja de los Oscar de 1993 llevando a su lado al Dalai Lama . Y se saltó el guión cuando le tocó presentar un premio, denunciando la ocupación del Tíbet por parte de China. «Es una situación horrenda, horrenda». Gere nunca ha dejado de hablar del exilio del Dalai Lama y en su día pidió el boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Apoya la causa de su buen amigo desde dos de sus fundaciones: International Campaing for Tibet y The Gere Foundation. Ahora, cuando Hollywood necesita más que nunca abrirse a mercados más allá de los habituales, los grandes estudios van con pies de plomo para no ofender a los gobiernos de turno. «Hay películas en las que no puedo aparecer, en China piden que yo no esté en elenco a la hora de estrenar un filme. Estoy vetado allí», dijo Gere a ABC durante la promoción de su ultimo filme, «The Dinner».
Asumir las consecuencias
Pese a seguir siendo, a punto de cumplir los 70, uno de los actores de referencia de Hollywood y de tener una fortuna de más de 90 millones de euros, con propiedades en los Hamptons, Nueva York y un hotel-boutique, Gere asume con naturalidad las consecuencias de su compromiso. Y no solo se trata de un compromiso político, como se vio días atrás: el protagonista de «Pretty Woman» en su día fue premiado por la Fundación para la Investigación sobre el Sida (AMFAR) por su lucha contra esta enfermedad durante más de 25 años, especialmente en India. Amnistía Internacional, The Elizabeth Glaser Pediatric SIDA y el Instituto Harvard también distinguieron a Gere con los galardones Eleanor Roosevelt y Marian Anderson. Además de figurar en la nómina de embajadores de Naciones Unidas para erradicar la pobreza en 2030, Richard Gere está presente en una veintena de organizaciones benéficas más, entre las que no faltan las de apoyo a los inmigrantes. Hace unos meses fue recibido por el presidente de México, Manuel López Obrador (65), para informarse de lo que está ocurriendo en la frontera sur de EE.UU.
El amor
Y una de sus últimas causas, llamar la atención sobre los sin techo en América, le devolvió el amor tras dos matrimonios fallidos con Cindy Crawford y Carey Lowell . En 2015 presentó «Invisibles», un documental donde mostraba la mendicidad en las calles de Nueva York. Precisamente fue preparando este filme cuando conoció a su tercera esposa y madre de su hijo Alexander , la española Alejandra Silva (36), quien colabora con la Fundación Rais para ayudar a las familias sin hogar.
Dedicado a la meditación, Gere hoy se siente más feliz como activista que como estrella de cine. Hace tiempo que la agenda del que fuera chico de oro de Hollywood está ocupada por compromisos destinados a erradicar la hambruna y garantizar el progreso social y económico sostenible. Ambiciona la paz universal. ¿Idealismo o fariseísmo? En sus actos está la respuesta.