Terelu Campos, sobre su cáncer de mama: «Me angustia pensar que mi hija pueda padecerlo»

El pasado 18 de enero se cumplirán seis años desde que a Terelu Campos le diagnosticaron el cáncer pero en junio del año pasado fue cuando terminó el tratamiento que llevaba haciendo desde ese día. « No vives con miedo pero sí con respeto . Lo peor es cuando tocan las revisiones. Ahí sí me pongo nerviosa, cada vez más. Se te pasa por la cabeza de todo, que aparezca otro tumor, un marcador nuevo… eso sí cuando paso el control y está todo bien me relajo no veas como», aseguraba Terelu Campos para este periódico en octubre de 2016. Una mujer que «habló muchísimo del cáncer» y eso que reconoce que le da apuro ir a centros especializados «pero si no fuera conocida me sentiría más cómoda». Acostumbrada a hablar con muchas mujeres de su enfermedad nunca se quejó pero sí describía los tremendos dolores que sufría algunos días a causa de la medicación.

Como tantas madres a Terelu le costó mucho explicarle a su hija los cambios que iba a vivir una vez supo que tenía cáncer. « No me gusta quejarme ante las personas que quiero y por eso prefiero vivirlo conmigo. Tuve un año y medio complicado pero sabía que formaba parte del proceso y no solicité ayuda ni tan siquiera profesional. A lo largo de mi vida ha recurrido al psiquiatra y los psicólogos por otros motivos pero esta vez no lo hice», recordaba hace poco menos de dos años. «Muchas veces me angustio solo de pensar que mi hija pueda padecerlo en el futuro. Me preocupa más ella que lo que me pase a mí», comentaba sin saber que Alejandra se convertiría en «famosa» tras su mayoría de edad. «Cuando le dije que se me caería el pelo se puso muy triste y nunca olvidaré las cosas que me dijo y lo impotente que me sentía. Nunca he querido que me vea como una madre enferma por eso jamás me quedé en la cama ni en los momentos más duros ya que por el amor que la tengo me negaba a que me viera así», recordaba.

Desde el primer momento, Terelu siempre ha animado a todas las mujeres a que se revisasen. Después de lo que ha vivido y vive ahora, a Terelu Campos le desesperan las amigas que no van a reconocerse cada año al médico. «Lo que tiene que dar miedo es no ir al médico. Los controles son nuestra salvación y hay que palparse para pdoer distinguir cualquier cambio».

Por dura que sea la enfermedad siempre reconocía que «te cambia la vida lo justo ya que el cerebro tiene una capacidad de asimilar las cosas que tu misma te sorprendes» y aunque confiaba en que se iba a curar «en el fondo hay dudas ya que no se trata de una ciencia exacta », una observación que tristemente no se ha alejaba mucho de la realidad.