El tartán y la Familia Real británica

En la semana del patrón de Escocia, rememoramos algunas de las imágenes de los Windsor en la tierra de Saint Andrew

La Reina Isabel II junto a Felipe de Edimburgo y sus hijos, el Príncipe Eduardo, el Príncipe Andrés, el Príncipe Carlos y la Princesa Ana KEYSTONE
María Luísa Funes

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Aunque la familia Real Británica quizás tenga menos seguidores en Escocia que en otras partes del país, los Windsor son unos gran aficionados al Tartán, el tejido típico escocés, tierra cuyas fiestas de San Andrés han tenido lugar esta semana. Los múltiples dibujos de cuadros usados en la clásica falda escocesa para ellas y ellos, en abrigos o incluso en vestidos, se han hecho famosas en todo el mundo. Son prendas cálidas de lana, muy apetecibles en estas fechas, con las que de paso honran al tercio superior de su isla.

El tartán, palabra que proviene del francés, suele llevar líneas horizontales y verticales que forman cuadrados de distintas formas y colores. Se originó en las Highlands entorno al 1538 , primera fecha en la que se tiene constancia de su existencia. Inicialmente se trataba de tejidos que definían a los distintos clanes o familias, una especie de cruce entre uniforme, bandera y escudo familiar. Con el tiempo, se han convertido en atuendo regional típico, aunque muchos colegios, universidades, familias y asociaciones de distinto tipo cuentan con su propio diseño de tartán.

El Príncipe Carlos junto a Camila de Cornualles REUTERS

Los Windsor también tienen su propio tartán de Balmoral, diseñado por el marido de la Reina Victoria , el Príncipe Alberto , en 1853. Alberto creaba prendas y accesorios para su esposa, una curiosa y poco habitual costumbre, que llevaba a cabo con bastante acierto. Cuando los Windsor o los Mountbatten Windsor no utilizan el tartán Balmoral, no dudan en llevar faldas escocesas de distinta inspiración, abrigos de tartán de marcas de moda o incluso piezas a medida con tela de algún clan conocido. La Reina Isabel tiene incluso un tartán propio que utiliza en algunas de sus faldas escocesas.

Es así como a través de las décadas, hemos visto a la Familia Real británica posando en grupo ataviados con distintas prendas de cuadros. La Reina con sus faldas y pañuelos. El príncipe Felipe , cuando se tercia y no de modo sistemático, con faldas escocesas bien conjuntadas. El Rey Eduardo VIII , posteriormente Duque de Windsor, fue un claro defensor de las prendas escocesas y le gustaba posar con atuendos típicos frente a las cámaras. Y el principe Carlos , de joven, con Diana o con Camilla , se siente cómodo con su atuendo escocés.

El atuendo escocés para ellos consta de una chaqueta con chalequillo, camisa, corbata de rayas usualmente, calcetines hasta las rodillas y falda de lana tableada. Sobre ella, se coloca el «sporran», una bolsita de cuero repujado cuyo nombre viene del gaélico y quiere decir bolso o monedero. Se completa con un pequeño puñal enganchado a uno de los calcetines y a veces con una bufanda o chal de la misma tela, ya que originalmente la tela de 5 metros que se enrollaba como falda, se acababa fijando en el hombro con un imperdible.

Kate Middleton ha llevado a menudo prendas en tartán, aunque no ha dudado utilizar modelos elaborados por marcas como Burberry, Alexander McQueen o incluso MiuMiu. Por su parte Meghan Markle también ha lucido abrigos de Burberry y de otras marcas británicas que gozan cada invierno de colecciones en tartán. Diana de Gales, en cambio, se encargaba muchas prendas en distintos tejidos de tartán.

Meghan Markle y Kate Middleton

Las imágenes de la Reina Victoria con enormes faldas de tartán son curiosas. También lo son las de Jorge V con sus tres hijos en falda escocesa: el futuro Eduardo VIII , el futuro Jorge VI y el duque de Kent en alguna puerta de Balmoral. La princesa Margarita y la Reina Madre posaban cada temporada con sus respectivas faldas. Las fotografías de la princesa Ana y sus hijos, del príncipe Andrés y Sarah Ferguson o del principe Eduardo y Sophie Rhys-Jones vestidos con telas escocesas han sido también una estampa muy habitual y muy british, capaz de vender de maravilla la lana y la moda del Reino Unido. Y es que los británicos consideran muy chic todo lo escocés cuando se trata de prendas abrigadas y estilismos invernales. Como siempre, nuestros vecinos del norte, tan originales y particulares en sus costumbres de guardarropa.

Diana de Gales

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