Los superyates que la pandemia amarró en los puertos españoles

Sin saber cuándo podrán salir a la mar, sus propietarios pagan entre 1.200 y 12.000 euros al mes por los amarres

Con 35 metros de eslora, la embarcación Edesia está valorada en 10 millones de euros. Pertenece al empresario Gaston Lees-Bockley ABC
Guadalupe Piñeiro Michel

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Suelen ser la envidia de muchos en altamar, símbolo de la exclusividad de la que un buen puñado de millonarios presume en una suerte de torneo marítimo que ejemplifica su poder y riqueza. Con banderas nacionales e internacionales, de magnates, celebrities o jeques, algunas de las embarcaciones de recreo más prestigiosas del mundo aguardan varadas en puertos españoles el momento de poder zarpar de nuevo.

Uno de los yates más bonitos que yace estos días en la quietud de las costas de Barcelona es el famoso Mata Mua de Carmen Cervera , cuyo nombre está inspirado en el cuadro homónimo del pintor francés Paul Gauguin . Desde comienzos de marzo de este año, el barco de la baronesa Thyssen, de 38 metros de eslora y un total de ocho camarotes -cuyo precio de alquiler superaría los 16.000 euros diarios-, permanece a orillas del Mediterráneo. Para una nave de esa longitud, el coste mensual del amarre en el puerto de Barcelona supera los 4.200 euros. A esto se debe añadir el coste del seguro que, en el caso de los yates de su categoría, sobrepasa los 200.000 euros anuales.

Con firma italiana

En el litoral de la Ciudad Condal descansa también el Edesia. Con 35 metros de eslora, esta embarcación construida por la firma prestigiosa italiana Benetti -y valorada en más de 10 millones de euros- pertenece a los empresarios Gaston Lees-Buckley y Tommaso Bilotta . El valor del alquiler del amarre, en su caso, es de casi 4.000 euros mensuales.

Los barceloneses tienen también cerca un verdadero lujo marino. Se trata nada menos que del yate Dilbar, perteneciente al millonario uzbeko Alisher Usmánov , considerado como la tercera fortuna de Rusia con 13.000 millones de dólares. La nave, que cuenta con un total de 156 metros de eslora, tiene un valor que supera los 530 millones de euros. Cuando un barco pasa de los 150 metros, como en este caso, el coste mensual del amarre en la Ciudad Condal puede superar los 12.000 euros.

El yate Dilbar pertenece al multimillonario uzbeko Alisher Usmánov. Tiene 156 metros de eslora y está valorado en 530 millones de euros. ABC

En Barcelona se encuentra, asimismo, el yate Charade, que más tarde cambió su nombre por el de BG. Con casi 47 metros de eslora, esta embarcación fue la más pequeño de la imponente flota que coleccionaba Paul Allen , el magnate fallecido en el año 2018 y que fue uno de los creadores de Microsoft junto a Bill Gates . Construido en 1990, el barco fue cedido por el empresario a su hermana Jody . En 2014, ella lo vendió por una suma de 13 millones de euros. Debido a su longitud, el valor del amarre a puerto se aproxima a los 4.000 euros mensuales.

Otra de las embarcaciones plagadas de historia que espera el fin de la cuarentena en las costas catalanas es Symphony. Se trata de una joya náutica tiene 101 metros de eslora y en 2015 fue el yate más grande construido en los Países Bajos, en concreto en unos astilleros con solera: Royal Van Lent y De Vries Shipyards. El coste aproximado del alquiler del amarre es de 8.500 euros por mes.

En otras latitudes

Pero no solo Barcelona alberga en la quietud de sus aguas lujosos y magníficos barcos de recreo. Otras latitudes españolas también se han convertido en las últimas semanas en «parkings marítimos» de costosos yates que no pueden navegar. Es el caso del Foners -que antiguamente llevaba el nombre de Fortuna-, que permanece en el puerto de Denia (Alicante). Esta embarcación, de unos 37 metros de eslora, que en otros tiempos perteneció al Rey Juan Carlos , aguarda amarrada en la orilla la llegada de algún posible comprador. En los últimos años, su precio se ha rebajado en tres ocasiones. A pesar de ello, todavía no se ha logrado cerrar la operación. El alquiler del amarre en este puerto para una embarcación de esta longitud es de aproximadamente unos 1.200 euros mensuales.

En las costas occidentales del territorio español también yacen embarcaciones que lejos están de soltar amarre. Es el caso de Valoria B, el yate del empresario Amancio Ortega , que aguarda estancado en las costas de Sanxenxo (Pontevedra). Con 47 metros de eslora, el creador del imperio Inditex lo adquirió en el año 2018 para poder navegar en las costas de Galicia. El valor de esta preciosa joya marítima supera los 30 millones de euros. El alquiler del amarre en esta zona para una embarcación de estas características supera los 2.000 euros mensuales.

Los propietarios de todos estos yates y el personal que los mantienen, esperan con ansia el final de la pandemia para hacer travesías y disfrutar del lujo que supone darse un baño lejos de la costa. El verano no está tan lejos, pero la incierta evolución de la crisis sanitaria mundial aún no ha puesto fecha a la suelta de amarras.

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