El sueño americano de los otros hermanos Castro

Julián podría optar a la vicepresidencia con Clinton, mientras que Joaquín es representante del Congreso. Eva Longoria ha recreado en una teleserie su historia

Julian y Joaquín Castro Cordon

MANUEL ERICE

Con Donald Trump a un paso de competir por la presidencia de Estados Unidos , aupado por un movimiento que ya empieza a denominarse nacionalismo blanco, no corren los mejores tiempos para los 50 millones de hispanos que batallan en el país de la inmigración. Pero no va a tener fácil el magnate desplazar a muchos de los que ya se han ganado un hueco en el competitivo mundo de la política norteamericana . Y quién sabe si alguno de ellos termina haciendo realidad el segundo gran sueño racial en Estados Unidos: tras el primer presidente afroamericano de la historia, el primer hispano. Entre quienes apuntan en esa dirección, sobresalen los hermanos Castro . Nada que ver con los dictadores cubanos. De ascendencia mexicana y nacidos en Texas , la brillante trayectoria de estos jóvenes gemelos h a llevado a Julián a ocupar la Secretaría de Vivienda y Desarrollo Urbano con el presidente Obama. Y a Joaquín, al Congreso de los Estados Unidos , elegido representante por su estado de origen. Aunque él aseguraba el miércoles que no ha oído nada y que «eso no se va a producir», el primero de ellos suena como posible vicepresidente de Hillary Clinton , como parte de un ticket electoral que reforzaría a la ex secretaria de Estado ante uno de los grupos decisivos en los comicios

Julián y Joaquín Castro (San Antonio, Texas, 1974) no pueden ejemplificar mejor el sueño americano. Nacieron un 16 de septiembre, día de la independencia de México , como si su madre, activista del movimiento chicano en los años 60 y 70, reivindicara también así su lucha por los derechos de los inmigrantes. Rosie Castro encabeza un relato de tintes heroicos. Su madre, huérfana, llegó a Estados Unidos con 7 años. Se ganó la vida como asistente doméstica, y tuvo que aprender sola a escribir español e inglés. En una de las barriadas de San Antonio , Rosie logró formarse en colegios católicos, de gran influencia para ella, y graduarse en la Universidad de Texas . La madre de los Castro hizo de los derechos civiles su vida, vinculada a los jóvenes demócratas. Pese a las dificultades de una madre sola, que nunca llegó a casarse con el padre de sus hijos, Rosie logró que Julián y Joaquín accedieran a estudios en universidades modélicas, emprendiendo un camino tan parejo como en otros muchos episodios de su vida: licenciados en Stanford y doctorados en Harvard, ambos han llegado a ejercer como abogados. Rosie quería que sus hijos entraran en política.

A su manera

Julián pronto se lo agradeció a su manera. Elegido con sólo 35 años el alcalde más joven de la historia de San Antonio , la séptima ciudad más poblada de Estados Unidos, fue el inopinado trampolín para su fulgurante carrera. De cara aún aniñada y con el particular aspecto racial que mezcla orígenes hispanos e indio-americanos, en un encuentro con alcaldes en 2009, el presidente Obama lo confundió con un empleado de la Casa Blanca , y espetó: «Pensé que pertenecía a nuestro staff. ¿Y este tipo es un alcalde?». Paradojas de la vida, cinco años después recurriría a él para integrarlo en su Administración.

Ni la televisión se resistió a esta historia de éxito, cuando la cadena ABC compró a Eva Longoria «Pareja de ases», una serie que recrea la vida de los hermanos Castro y de su madre . Producida por la célebre actriz, amiga de la pareja y también texana y de ascendencia mexicana , la ficción quiso ponerse a la altura de una realidad imparable. Para entonces, Joaquín ya había sido elegido representante en el Congreso, lo que convertiría a Washington en el siguiente punto de encuentro de dos hermanos inseparables.

El paralelismo ya venía de atrás. Su estrecho lazo llevó a los hermanos a coincidencias insólitas, como que durante sus estudios tuvieran sendas novias casi con el mismo nombre y apellido: Verónica González y Verónica Gonzales . Hoy, su renovada vida sentimental ha traído a ambos un matrimonio y una hija. Julián está casado desde 2007 con Erica Lira, maestra de educación básica, con la que tiene una hija de seis años y un hijo de uno. Joaquín contrajo matrimonio en 2013 con Anna Flores, empleada de una compañía tecnológica en San Antonio .

Rosie Castro reconoce que sus hijos nunca han dejado de tener ese mundo particular y «poco penetrable» que comparten los hermanos gemelos. Pero hay diferencias que, aunque sean menos apreciables hacia el exterior, para su experta madre resultan meridianas: Julián habla con más suavidad y voz más profunda, mientras que la cara de Joaquín es algo más gruesa .

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