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Se subastan los tesoros más íntimos de Vivien Leigh, una leyenda del cine

Los tres nietos de la actriz ponen a la venta 300 objetos, entre los que destaca su diario

Vivien Leigh SOTHEBEY'S

MARIA ESTÉVEZ

Cuando se cumplen 50 años de la muerte de Vivien Leigh, Sotheby’s celebrará el próximo 26 de septiembre una subasta donde se venderán un total de 300 objetos personales de una de las actrices más bellas y con más talento que ha dado el cine. Los pujantes podrán adquirir desde joyas, vestidos, muebles y libros de su casa de Londres (donde vivió durante su matrimonio con el actor Laurence Olivier), hasta un ramo de rosas pintado por su buen amigo Winston Churchill, el bien más preciado de la estrella de «Lo que el viento se llevó» también saldrá a la venta.

Retato «Vivien Leigh leyendo con Tissy» SOTHEBEY'S

Sus tres nietos , a quienes se debe esta iniciativa, también han querido desprenderse del diaro personal de la actriz, escrito entre 1937 y 1939 , y en cuyas páginas se muestra la pasión de Laurence Olivier y Vivien en los años previos a su matrimonio. El manuscrito, expuesto al público por primera vez, cuenta cómo ambos intentaron resistirse al amor que sentían por respeto a sus respectivos cónyuges, pero tan intensos eran sus sentimientos que terminaron escapándose juntos. Encuadernado en cuero, ofrece la visión personal de un romance salpicado de polémica para los convulsos años de la preguerra en Europa.

La actriz explica de su puño y letra las dudas que le consumían, pues no deseaba abandonar a su marido Herbert Leigh Holman y a su hija, pero al mismo tiempo quería seguir el camino del verdadero amor con Olivier, a quien conoció rodando «I’m Fire Over England» en 1937. En aquel momento, Olivier estaba casado con la actriz Jill Esmond y acababan de tener un bebé. Cuando Hollywood se rendía a sus encantos , ella dejó a su familia para escaparse con quien acabaría siendo el amor de su vida.

El 10 de junio de 1937 todo acabó. O comenzó, según se mire. «Me marché con Larry», escribió. Una decisión que le costó tomar, y que tiempo después se planteó enmendar. Así, Leigh y Olivier se convirtieron en la pareja de oro de la interpretación británica. Su affaire, que la industria intentó ocultar, fue un escándalo. Finalmente se casaron en 1940 en California, las cartas de él a su ya esposa atestiguan la pasión que sentían. «Me he despertado lleno de deseo por ti. Si nos amamos solo con nuestros cuerpos supongo que lo aceptaría. Te amo tanto ». Pero los años no resistirían el envite de los fracasos y Leigh -con dos Oscar por «Lo que el viento se Llevó» (1939) y «Un tranvía llamado deseo» (1953)-, vio su carrera sucumbir al paso del tiempo.

Los amantes terminaron separándose en 1957. Para entonces ella ya estaba aquejada de tuberculosis, había sufrido dos abortos por ataques de nervios, y el trabajo escaseaba. Murió en 1967 y aunque Olivier ya se había casado con la Joan Plowright , estuvo a su lado en su lecho de muerte. Antes de fallecer él, mientras veía en el cine una película de Vivien, lloraba junto a un amigo y le decía: «Eso fue amor. El de verdad».

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