Los sobrinos de Jaime Parladé toman el testigo del decorador
La finca y las tiendas del genio del interiorismo resurgen gracias a la siguiente generación
Jaime Parladé fue un abogado que se transmutó en decorador cuando no había decoradores en España, una profesión que se consideraba exótica y con poco futuro. Junto a Duarte Pinto Coelho y Paco Muñoz formaron una elite precursora, que logró entrar en las mejores casas cuando todavía no se decoraba . Ellos enseñaron, demostraron, abrieron camino y crearon sus propios estilos. Hoy ya no están ninguno de los tres.
Jaime, medio vasco, medio malagueño, tenía su cuartel general en Alcuzcuz, la finca familiar que se encuentra subiendo desde San Pedro de Alcántara hacia Ronda a la izquierda, pero también en dos estudios, el de Marbella y el de Madrid , donde su sobrina María se instaló a su vuelta de Nueva York y donde Jaime trabajaba cuando visitaba la capital. Pero Parladé vivía en Málaga. Allí trabajaba, jardineaba, recibía a sus clientes y amigos y regentaba su querida tienda La Tartana, un complejo que se convirtió en un verdadero centro de poder artístico y que se quedó huérfano el 16 de enero del año pasado con la muerte del interiorista.
La buena noticia es que, cuando parecía abocado a la desaparición, como está pasando con Duarte y Muñoz, el testigo de Jaime lo ha recogido la siguiente generación, su sobrina, María Parladé Ybarr a, no solo ha heredado el título de marquesa de Apezteguia, sino que también dirige el estudio de Madrid. Ambas, que trabajaron codo con codo con él, han heredado su considerable cartera de clientes, sus oficios tan acostumbrados al estilo Parladé y además son depositarias de su estilo, formas, escuela y de una admiración absoluta: «Cuando volví de Nueva York me fui a trabajar con Jaime -cuenta María-, todo lo que sé lo aprendí de él . Era el gran maestro de los espacios, de las mezclas de elementos y de colores. Admiraba su capacidad de trabajo, 24 horas, 7 días a la semana. Estando con él siempre se aprendía. Nunca imponía nada, quería que fuese la casa de su cliente y todo lo hacía acogedor. Yo soy más actual, pero ya quisiera su talento , tengo la suerte de haber heredado clientes suyos. Ahora acabo de remodelar una obra que hicimos en el 92».
Alcuzcuz Gallery
Por otra parte, sus sobrinos Andrés Parladé Ybarra y Jaime Parladé Browne Swinburne , junto a Rocío Tassara Gil Delgado , casada con Andrés, han aceptado otro reto: rentabilizar la finca y la tienda. Afirman orgullosos que, aunque por desgracia Jaime ya no esté, van a procurar mantener viva y actualizada su obra. Así, Alcuzcuz, la finca de 20 hectáreas de alcornocales donde vivía el decorador, ha recuperado su esencia. Sus sobrinos la han transformado en una casa de huéspedes exclusiva, que se alquila entera o por habitaciones. Todo está igual, con sus muebles ingleses, telas indias, azulejos marroquíes y portugueses.
Por último, estaba La Tartana, su tienda. Montó cuatro, aunque la de Marbella cuentan que fue un sitio mágico, donde había buenas vibraciones, objetos curiosos y tesoros de otros tiempos que fascinaron a sus dueños.
Ahora la mítica tienda pasa a ser una concept store, ese término tan de moda que abarca todas las áreas imaginables: desde antigüedades francesas, artesanía con la que siempre disfrutó Jaime, complementos para la casa o tienda de moda, pasando por sección inmobiliaria, un restaurante, hasta una galería de arte dirigida por Álvaro de la Torre donde exhiben sus creaciones pintores contemporáneos y escultores locales. Ahora pasa a llamarse Alcuzcuz Gallery.
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