Simoneta Gómez-Acebo: «Nunca ocuparé el lugar de mi madre en el Rastrillo»

Aunque este evento sea lo más conocido y mediático, el trabajo de la ONG no cesa a lo largo del año

Rastrillo Nuevo Futuro Isabel B Permuy

Ana Asensio

El Rastrillo es una caja de sorpresas que, a pesar de haber cumplido más de 50 años, nunca deja de asombrarnos. Lo mismo te puedes encontrar a María Dolores de Cospedal , ex secretaria general del PP, peinándose en la peluquería del mercadillo, que a las jugadoras del Atlético de Madrid Femenino Silvia Meseguer , Laia Aleixandri y Ana Marcos sirviendo mesas en «Vistalegre» o a las Carmelitas Salesianas del Corazón de Jesús vendiendo en su recién estrenado puesto sus deliciosos dulces, hechos por ellas mismas. Y es que esa es la esencia de este inmenso zoco solidario: sumar voluntades, vengan de donde vengan, para ayudar a que Nuevo Futuro pueda seguir proporcionando un hogar digno a todos esos niños que, por una razón u otra, les ha sido negado.

Porque aunque el Rastrillo sea lo más conocido y mediático, el trabajo de la ONG no cesa a lo largo del año. Organizar toda la logística de los hogares, buscar incansablemente benefactores, incrementar las colaboraciones o solicitar donaciones que luego abastecerán el mercadillo, son algunas de las tareas que nunca terminan. De ello sabe mucho Doña Pilar de Borbón , presidenta de Honor de Nuevo Futuro, que no para de tocar puertas, incluidas las de su familia, para conseguir más y más apoyo. Igual que Simoneta Gómez-Acebo , su hija, que además de colaborar en el mercadillo -regenta el puesto «El Capricho» junto a Viviana Pérez Maura -forma parte del Comité de Dirección de la ONG.

«Nuestro trabajo no para durante todo el año, aunque también es verdad que el Rastrillo es vital para poder financiar nuestro hogares», cuenta mientras me enseña la magnífica colección de prendas vintage, algunas de ellas conseguidas por su prima Blanca tras asaltar los armarios de sus mejores amigas. «Nadie se le resiste. Saben que es para una buenísima obra», reconoce entre risas. Ellas, y muchas otras, forman parte de las nuevas generaciones destinadas a continuar el proyecto que hace medio siglo iniciará Carmen Herrero Garralda, aunque Simoneta no quiere ni oír hablar de ocupar el lugar de su madre dentro de la organización: «Yo con colaborar ya tengo bastante», afirma. Una generosa labor que también ha querido inculcar a sus hijos. Siempre que pueden, Luis , Pablo y María , nacidos de su matrimonio con José Miguel Fernández Sastrón , acuden al zoco a echar una mano. «Es importante que devuelvan algo a la sociedad que tanto les ha dado», concluye.

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