Salvini y el vendedor senegalés, la foto del verano en Italia

La imagen del ministro del Interior en apariencia rechazando las baratijasque le ofrecía Medoune Mbaye en la playa ha sido utilizada políticamente

Matteo Salvini ABC

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Ya es la instantánea más comentada del agosto italiano, una imagen que se ha hecho viral y en la que aparece el vicepresidente del gobierno y ministro del Interior, Matteo Salvini (45 años), en apariencia rechazando los collares, pulseras, sortijas y quincalla diversa que un vendedor ambulante senegalés llamado Medoune Mbaye trataba de mostrarle. El ministro se encontraba de vacaciones en la bella playa de Marina di Pietrasanta (Lucca), sobre el mar de Liguria, al norte de Italia. La izquierda política no ha perdido la ocasión de utilizar la fotografía de marras, con el supuesto gesto de repudio del político milanés , como ejemplo del racismo del líder de la Liga Norte , quien en múltiples ocasiones se ha expresado en tono xenófobo.

Matteo Salvini ABC

Sin embargo, en esta ocasión la realidad resulta muy diferente a lo que muchos imaginaron. El propio Medoune Mbaye ha revelado a la prensa italiana cómo se desarrolló su encuentro con el político. «Yo sabía que ese señor era Matteo Salvini. Me encontraba allí, en la playa, junto a mi hermano Mousa, quien conoce al ministro y que se había hecho con él un selfie . Quería preguntarle si también me podía hacer un selfie con él y quizás venderle alguna cosa. Salvini no me echó, sino que me dijo que esperara porque estaba ocupado con el teléfono. Fue amable ».

La primera impresión en las redes sociales fue que el vendedor ambulante había dado un patinazo, intentando colocar sus baratijas a Salvini sin saber quién era. Se da la circunstancia que, al inicio de la temporada de verano, el Ministerio del Interior presentó una directiva denominada «Playas seguras », que incluía multas a los vendedores ambulantes de artículos de marcas pirateadas. La sanción también se haría extensible a los compradores. No ha sido el caso de Medoune Mbaye, quien tan solo ofrecía bisutería étnica .

En cualquier caso, se ha aplaudido el coraje del joven senegalés al intentar vender su mercancía al mismísimo ministro del Interior. En Twitter más de uno ha sugerido que Mbaye debería ser reconocido con el premio al vendedor del año . Ahora está desbordado por las llamadas telefónicas de sus compatriotas, quienes le toman el pelo e ironizan por su pretensión de colocar alguna de sus «joyas» a Salvini.

Consciente del clima enrarecido que existe en Italia con los inmigrantes, y pese ha que ha detallado la anécdota, Mbaye prefiere mostrarse cauto sobre la situación. Y así se lo expresó al «Corriere della Sera»: «No quiero añadir nada más, pues tengo mujer e hijos en Italia», ha dicho Mbaye. Y aclaró que finalmente no consiguió su selfie con el ministro, «porque el señor Salvini me comentó que con la mercancía que yo vendo él no se hacía la foto».

Sí lo logró, en cambio, su hermano Mousa . Más expansivo y parlanchín, Mousa ha aprovechado la ocasión para hacer las loas a Salvini: «No habléis mal del ministro, por favor. Le conozco, y es muy bravo y cortés. Mis hijos han jugado con los suyos bajo la sombrilla de la playa. Es un hombre gentil y en absoluto racista». No parecen convencer estas palabras al presidente de la comunidad senegalesa de Toscana, Diop Mbay , quien hace esta valoración: «A mí me parece que el ministro Salvini tiene una doble cara. Por la mañana grita ‘‘¡ al ladrón !’, contra mi pobre gente, amenazando con expulsarlos de Italia. Y por la noche simpatiza con ellos, como si esos “ladrones” se hubieran convertido en sus amigos». Todo es posible. Lo cierto es que el sol y la playa pueden obrar milagros .

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