Los roces de las hermanas Lladró agrietan la porcelana más fina

Rosa Lladró retoma la presidencia de la compañía tras la breve etapa de Mariluz

ARCHIVO ABC

PATRICIA ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Hace algo menos de un año, Rosa Lladró recibía a ABC en su tienda insignia de la madrileña calle de Serrano. En esos momentos, en que ya se rumoreaban fuertes desavenencias en su núcleo duro , fue rotunda al afirmar que «el secreto para que una empresa familiar funcione a través de varias generaciones es que, quizás, en familia se aguantan más las tensiones económicas . Además, en mi caso me encanta lo que hago. No sé lo que pasaría si la nuestra fuera una empresa de tuercas o de embutidos». Lo suyo es hacer la mejor porcelana fina .

Aquellas desavenencias dieron paso a un breve periodo de paz que arrancó el mes de septiembre de 2015, cuando se decidió ampliar el número de miembros del consejo - formado por todos los hijos de los fundadores -, incorporando a un nuevo consejero por cada rama familiar y un director ajeno a los Lladró. El objetivo, entonces, era definir y acometer el plan de ajustes que precisaba la compañía para adaptarse a la bajada en las ventas.

Dimisión en bloque

Ahora, el panorama en la casa fundada en Tavernes Blanques (Valencia) por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró vuelve a ser turbulento: el pasado mes de marzo se produjo una dimisión en bloque de cuatro de los cinco consejeros , incluidos la presidenta e hija de Juan Lladró, Mari Luz, y su marido, Juan Ignacio Jara. Según dicen, la crisis estalló debido a la postura de Rosa , reacia a abrir un expediente de regulación de empleo en la compañía.

Así pues, Rosa Lladró recupera la presidencia tras la breve etapa de Mariluz , lo que, en opinión de algunos medios, ha provocado una guerra de poder entre las hermanas . Ante la nueva situación, la actual presidenta opta por el silencio. Se resiste a «propagar mediáticamente especulaciones» de desavenencias entre ellas. No se hacen declaraciones sobre las «discrepancias lógicas, naturales e incluso saludables para la gestión de cualquier negocio, porque centrarse en ese aspecto eclipsa todo el esfuerzo que la marca ha realizado en estos 63 años y que va a seguir haciendo». Rosa cuenta con la complicidad de su padre, Juan Lladró, de 86 años, con quien despacha cada día para reflotar una de las compañías emblemáticas del sector del lujo español, integrante del Círculo Fortuny .

Se dice que, en una empresa familiar, la primera generación la crea, la segunda la disfruta y la tercera la liquida. Un aviso a navegantes. La firma valenciana se encuentra en su segunda generación de gestores y propietarios , con la tercera en ciernes y la primera vigilante. A pesar de los intentos de dar poderes directivos a personas muy eficaces, aunque ajenas al núcleo familiar, los principales cargos ejecutivos y decisorios del consejo de administración siguen en manos de los descendientes directos de los fundadores, con sus filias y sus fobias .

Horno moruno

El origen de Lladró se remonta a los años 40 del pasado siglo, cuando los tres hermanos, Juan, José y Vicente, oficiaban en el horno moruno de sus abuelos. En 1953 crearon la firma y, con el paso del tiempo, levantaron un imperio que les llevó a los confines del mundo. La clave, para ellos, fue su profundo conocimiento del proceso de producción : se quemaron los dedos en el horno, probaron todos los colores, rompieron multitud de figuritas... pero llegaron muy, muy lejos .

Aquellos jóvenes hermanos siempre mantuvieron diferencias entre sí, aunque al principio se repartieron el capital a partes iguales . Tras muchas peleas, entraron los primos y sus desavenencias, a veces a gritos, han quedado reflejadas en libros, entrevistas y actas. La rama del mayor, Juan Lladró , asume el 70% de la sociedad matriz. El 30% restante está repartido entre las familias de José y Vicente Lladró . Ahora, ya octogenarios, los fundadores no ocultan su aprensión por lo que les depara el futuro: « Que los que nos sigan sean capaces de continuar », dicen. Para ellos, la generación que les ha sucedido tiene la ventaja de una estructura ya en marcha, aunque el inconveniente de que viven mejor y ven las cosas desde otro punto de vista. «Harán un cóctel distinto», afirmó en una entrevista Juan Lladró.

Han pasado 63 años y el éxito hizo que Lladró llegara a 120 países y que fuera considerada como una de las grandes de la porcelana , con tiendas en las mejores calles de las grandes capitales. Pero este gigante ha envejecido al tiempo que lo han hecho sus creadores. El reto, ahora, es recuperar los momentos de gloria .

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