El Ritz de París reabre sus puertas

El legendario hotel donde se hospedaban Coco Chanel y Ernest Hemingway ha reabierto su puertas tras cuatro años de obras

Juan Pedro Quiñonero

« El nuevo Ritz de París es el mismo Ritz de siempre , pero en mejor forma», dice su propietario, Mohamed Al-Fayed , no sin cierta elegancia, propia de la vieja aristocracia egipcia de mucho antes de las sucesivas revoluciones que destruyeron El Cairo y la Alejandría de Cafavis.

Quizá sea una forma elegante y empresarial de anunciar la reapertura de uno de los viejos palacios hoteleros , el lunes 6 de junio, tras cuatro años de «cierre por trabajos» y un rosario de catástrofes que comenzaron con la muerte en un legendario accidente de automóvil de Dodi Al-Fayed (hijo del primer matrimonio del propietario) y la princesa Diana de Gales , tras un tórrido verano de infidelidades matrimoniales .

El hotelero suizo César Ritz inauguró su gran palacio parisino el 1 de junio de 1898 , instalándose en una residencia aristocrática, el Hotel de Lazun , en la plaza Vendôme , presidida por una columna derribada durante la Comuna por una banda de proletas y artistas subversivos , entre los que se encontraba Courbet, el pintor de una obra maestra y proscrita, « El origen del mundo », retrato en muy primer plano del sexo de una de sus amantes.

César Ritz proponía a sus primeros clientes « todo el refinamiento que un príncipe puede desear en su propia casa ». La fórmula funcionó hasta 1945. A principios del siglo XX, hasta el fin de la primera guerra mundial (1919), Marcel Proust solía pedir a su ama de llaves (Céleste Albaret) que fuese al Ritz a encargarle una tortilla a la francesa. El mismo Proust frecuentó el Ritz en muchas ocasiones, introduciendo comportamientos «plebeyos» : ¡pedir cerveza fría en un decorado muy siglo XVIII!

Con la llegada de los americanos (los Fitzgerald , primero; Hemingway , más tarde), el Ritz acentuó su «plebeyez» a paso de carga. Tras la guerra civil española, fotografiado por Robert Capa en el frente de Aragón con El Campesino, Hemingway pegó el definitivo tiro en la sien a las difuntas aspiraciones aristocráticas del hotel, donde Coco Chanel vivió , durante la Ocupación, una oscura historia de amor con un oficial de la Wehrmacht…

Han pasado los años. Los franceses ricos hacía muchos años que frecuentaban poco o nada el Ritz de la plaza Vendôme , convertido en palacio para ultra ricos africanos y medio orientales, productoras de cine californianas en busca de promoción, nuevos ricos de distinto pelaje dispuestos a pagar 1.000 euros la noche, por una habitación «sencillita pero mona», adaptada a los gustos y tecnología modernas.

Hace cincuenta años, Ava Gardner todavía podía decir: « Solo se puede comprar guantes de seda en París, en la rue de Rivoli ». El Ritz está a dos pasos de la rue de Rivoli, donde ya no se venden guantes de seda: lo que abundan son torres eiffeles (sic) de plástico y chucherías de ese tipo . Los nuevos ricos africanos, musulmanes, rusos y texanos pueden instalarse de nuevo en el Ritz, creyendo que el bar del hotel es una «leyenda», ya que les cobran 40 euros por un Bloody Mary «con jugo de tomates ecológicos».

El Ritz de París reabre sus puertas

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