La Reina Isabel II en Sandringham y su marido ingresado en Londres
Un año aciago para la Reina, quien a pesar de todo está más que acostumbrada a digerir todos los sinsabores con los que le reta su reinado
Cuando Isabel II de Inglaterra se dirija a la nación el próximo día 25 en su discurso navideño, sus palabras marcarán el final de un año para olvidar. Arrancó el 2019 con el aparatoso accidente de tráfico de su marido Felipe de Edimburgo , prosiguió con los lamentos de su nieto Harry porque se sentía acosado por la prensa y luego lidió con los continuos desafíos de Boris Johnson para tratar de dar alas al Brexit. La guinda del pastel la puso su hijo favorito, el Príncipe Andrés , tras conceder una muy mal calculada entrevista que acabó por enfangarle de lleno en el caso del pederasta Jeffrey Epstein .
La Reina partió ayer desde Londres a su residencia de campo en Sandringham (condado de Norfolk), donde se instala en Navidad, mientras que su marido hacía el recorrido inverso . Felipe de Edimburgo, de 98 años, viajó a la capital británica para ingresar en el hospital King Edward VII de Marylebone y tratarse de una afección que ya sufría, por lo que parece una admisión planificada. Entró en el hospital por su propio pie y permanecerá ingresado unos días «por prevención».
Un año aciago para la Reina, quien a pesar de todo está más que acostumbrada a digerir todos los sinsabores con los que le reta su reinado. La prensa británica ha comparado 2019 con 1992, marcado por el colapso de tres de los matrimonios de sus hijos ( Carlos , Ana y Andrés ) y el incendio que dañó gravemente su hogar en el Castillo de Windsor. Aquel año la Reina lo describió como un annus horribilis. La biógrafo real Penny Junor no cree que vuelva a emplear esa frase, «pero sospecharía que de alguna manera este (año) ha sido aún peor». No obstante, más de uno se inclina del lado de Dickie Arbiter , secretaria de prensa de la Reina de 1988 a 2000, quien considera que 2019 no es un año particularmente bueno para The Firm, «pero la Reina salió bastante bien».
Los Windsor dieron el pistoletazo de salida a la Navidad el pasado miércoles con el tradicional almuerzo que ofrece la Reina en Buckingham. Allí congregó a todos los miembros del clan, exceptuando a los Duques de Sussex que celebrarán estas fechas lejos de Inglaterra y del escrutinio de la prensa.
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