Mi regreso a la edad de oro de Marbella

Nació en México, tiene pasaporte de Liechtenstein y su corazón es andaluz. Hubertus Hohenlohe, hijo de Alfonso de Hohenlohe, disfruta de cada rincón de la Costa del Sol

FRANCIS SILVA

Hubertus Hohenlohe

Mi verano ideal, y espero que no sea una señal de vejez, es instalarme en mi recién renovada Casita del Príncipe Pop , al pie de La Concha de Marbella, donde me dedico a descansar en familia y a organizar fiestas cada fin de semana. Presento y dirijo un programa de viajes urbanos y culturales para la cadena de televisión Global Red Bull TV y, durante mis días de vacaciones, me prometo firmemente no coger ningún avión, a no ser que mi presencia se requiera en algún evento familiar. Deseo estar muy lejos de las colas de los controles de seguridad de los aeropuertos, de los vuelos con retraso, de los niños chillando junto a mi asiento, de los taxis en huelga...

Desde que en los años 50 mi abuelo y mi padre, el príncipe Alfonso de Hohenlohe , descubrieron en el sur de España esta costa maravillosa, los miembros de nuestra familia nos sentimos una suerte de hijos adoptivos de este litoral. Mi padre fundó el hotel Marbella Club , un lugar único, emblemático y especial, a pesar de que nos desprendimos de él muchos años atrás.

Cuando su nueva propietaria y amiga Jennica Shamoon me preguntó si quería colaborar con ellos, no lo dudé. Les dije que sí, a pesar de no tener bastante tiempo para montar algo que realmente fuese digno de suceder a aquella Marbella de los años 60, 70 y 80 que mi padre hizo mundialmente conocida. Él encarnó el casual chic más célebre del mundo, representó a la jet set menos ostentosa e imprimió en las nuevas generaciones el encanto de improvisar.

Hubertus con su mujer, Simona

Y en el Patio del Marbella Club empezó todo. No estaba suficientemente aprovechado, así que pensé que era el lugar ideal para montar algo. En los viejos tiempos, Marbella carecía de una discoteca sin cobrar entrada, sin guardaespaldas ni cámaras de seguridad. Y yo soñaba con un bonito espacio al aire libre, donde la gente de hoy y de ayer se mezcle en un ambiente totalmente familiar, cool y chic. Me llevó casi un lustro poner este sitio de moda. Este año, mi mujer Simona también ha colaborado en el proyecto abriendo una tienda con la moda ideal -Linede Les Palais- para festejar estas noches tan especiales. Y ahora creo que hemos conseguido que las fiestas que montamos tengan el look y sentimiento de la edad de oro marbellí.

Lo más especial para mí llega cuando el sábado o domingo, después de las fiestas, es conducir mi Bentely GT y visitar estos magníficos lugares que ofrece Andalucía. De las carreras de caballos en la playa de Sanlúcar de Barrameda a la plaza de toros más bonita del mundo, que es la de Ronda. Comprendo que los auténticos privilegiados son quienes encuentran sus raíces en sitios tan especiales como los que tiene mi tierra andaluza. Aunque soy mexicano de nacimiento y mi pasaporte es el de Liechtenstein, mi corazón es andaluz .

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